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El Unicaja y el Baxi Manresa nos ofrecieron un gran espectáculo en el Carpena en un partido en el que vimos prácticamente de todo: jugadas espectaculares, juego coral, calidad individual, agresividad defensiva, poderío físico, pelea por cada rebote en los dos aros y en el ... punteo de cada tiro... Y con un público que supo disfrutar de nuevo con los suyos.
El choque comenzó prácticamente como terminó, con un brillante Osetkowski que anotaba 2 triples consecutivos, cobrándose un rebote ofensivo y dos tiros libres tras penetración prácticamente consecutivos. Pero el Manresa no estaba dispuesto a renunciar a su juego, ni había venido a Málaga a vender barata su derrota y gracias a las constantes rotaciones de Pedro Martínez para mantener la frescura de sus hombres y mejorar los ajustes defensivos conseguía, al igual que el Unicaja, un alto ritmo de juego, devolviendo golpe a golpe la enorme eficacia ofensiva de los locales, que llegaban a los 31 puntos por los 25 del Manresa en el primero cuarto. Los malagueños resultaban absolutamente letales en sus transiciones y en el triple, pero que sin conseguir por ello grandes ventajas en el marcador.
El cuadro catalán consiguió en el segundo cuarto parar el vendaval ofensivo malagueño, obligándole a jugar 5 contra 5, evitando en los posible sus contraataques y cargando con éxito el rebote ofensivo, una de sus especialidades, hasta cinco en este periodo, consiguiendo dejarlo en ocho puntos en sus primeros 7 minutos.
El Unicaja sabía que tenía que dar un paso adelante a nivel defensivo en la segunda parte para doblegar a este dificilísimo rival, para imponer su poderío físico y profundidad de banquillo, convirtiendo el partido en una batalla campal por cada posesión y cada rebote, momentos emocionantes de un cuerpo a cuerpo en el que necesariamente el Manresa tenía todas las de perder, como así fue. Imponiendo ya ventajas importantes en el marcador ante un rival que lo dio todo hasta el límite de su fuerzas y que notó mucho las ausencias a medida que pasaban los minutos.
El Manresa exigió que el Unicaja se emplease a fondo. Los malagueños supieron ofrecer grandes momentos defensivos, de carácter y de la determinación ofensiva que se le exigen a un equipo ganador, como este, y donde destacó sobremanera un inmenso Osetkwoski.
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