El 'Gigante' da el estirón

En medio del debate de si el Unicaja debía o no fichar a un pívot por las bajas de Elegar y Ejim, resulta que lo tenía en casa. Rubén Guerrero es uno de los nombres del momento en el baloncesto español. La realidad es que está sorprendiendo a propios y extraños con su rendimiento, especialmente en el último mes, cuando ha sabido aprovechar el aumento de su tiempo en la pista. Sus dos últimos encuentros han sido brillantes, aunque lo cierto es que casi desde que Elegar comenzó a tener problemas, el marbellí promedia 14 puntos y 7 rebotes en los últimos dos partidos en lo que ha superado sus topes de anotación, rechaces, valoración y minutos jugados. ¿Qué ha cambiado respecto a hace sólo mes y medio? Quizá la respuesta es simple, ahora juega el triple. La confianza de Luis Casimiro en el marbellí criado en la cantera del Unicaja y formado en Estados Unidos en las universidades de South Florida y Samford –donde lo apodaron 'El Gigante'– ha sido clave en esta fase tan importante de la temporada. El técnico primero no dudó en incluirlo en la rotación al final de la pasada temporada en una especie de periodo de prueba que resultó determinante para su continuidad en la plantilla. «Nos puede aportar cosas y tiene margen de progresión», se decía entonces.

Esta campaña empezó tímido. Los que lo habían seguido más en su etapa en la NCAA aseguraban que podía ofrecer mucho más, pero su cuota de minutos era corta teniendo a Gerun y Elegar por delante en el puesto de cinco. La baja de este último ha sido la oportunidad que esperaba y la ha aprovechado. No ya es que esté rindiendo más, sino que frente al Baskonia fue el 'center' que más jugó y, por supuesto, el que más ayudó al equipo.

Su crecimiento no pasa desapercibido para sus compañeros, que lo buscan con insistencia en acciones cerca del aro, por su capacidad para finalizar; es decir, se ha generado una confianza hacia él, y eso es enormemente positivo tanto para el propio Guerrero como para el juego del Unicaja. Del mismo, modo, en los dos partidos ante el Andorra y el Baskonia se ha visto a un pívot más contundente, que machaca, que impone en defensa y, sobre todo, que rebotea con una gran facilidad. Es raro el balón que 'escupe' el aro que no toque o atrape, y eso para un equipo como el Unicaja, que siempre trata de correr, es fundamental.

Seguramente, el marbellí todavía tiene cosas que mejorar, como el juego de espaldas al aro, pero con 24 años y 2,13 metros, tiene tiempo de sobra para ampliar su repertorio. Su explosión, ha coincidido, además con la mejor versión de Jaime Fernández como pasador, y esto es algo a tener muy en cuenta. Si Casimiro logra consolidar esta conexión entre el madrileño y el malagueño, el Unicaja puede estar ante un filón.

Ahora habrá que esperar cómo evoluciona en los próximos meses, también cómo se maneja su cuota de minutos con el próximo regreso de Elegar. Lo que es seguro es que para el aficionado de Málaga, ver a un canterano abriéndose paso de este modo en la primera plantilla es una alegría y un aspecto que ayudará a aumentar la fidelización de la grada con un equipo en el que los jugadores nacionales son los que están marcando la diferencia hasta el momento.