Su elección como presidente no fue casual. El banco precisamente de un gestor, pues después de la etapa de mayores éxitos deportivos, la situación económica del Unicaja no era, por decirlo de algún modo, la adecuada sino todo lo contrario. Sin hablar abiertamente sobre aquello, García solía utilizar algunos términos como 'la mochila heredada', o 'se acabó lo de abrir el cajón para coger dinero', con los que hacía referencia a cómo estaban las cosas.
El Unicaja bajó su potencial económico y llegaron tiempos complejos, en parte porque no era un club acostumbrado a moverse en la clase media del mercado. En su segunda campaña en Málaga, Aíto García Reneses, lo resumió en una frase en una entrevista para este periódico: «Antes el Unicaja fichaba a los mejores». Lo dijo en un contexto de reducción presupuestaria distinto al actual. Fue el principio de su fin en el Unicaja, y su destitución, la primera gran decisión de Eduardo García. Desde 2011 a 2013 fueron los años más complejos de su gestión, con las etapas de Chus Mateo y Repesa, y también en pleno reajuste, pues había muchos pagos aplazados... En el baloncesto mandan los resultados más que las buenas intenciones y los del Unicaja no fueron buenos. Fue su etapa más dura y de mayor desgaste anímico y personal. Amagó con marcharse hasta que con Joan Plaza llegó la estabilidad, pero con él incumplió otra de sus máximas «Los tiempos en que los entrenadores regían nuestro proyecto han pasado», dijo en su primera entrevista para SUR nada más llegar al cargo. Plaza acaparó mucho poder en muchos ámbitos, los resultados eran buenos. Se había recuperado la regularidad y esto hacía viable la compleja relación diaria con el catalán.
El mazazo de la exclusión del club del nuevo formato de la Euroliga, es el gran lunar de su mandato, aunque un año después el equipo se reivindicaba ganando la Eurocup en 2017 para volver al principal torneo europeo con una de las mejores plantillas de la última década y un presupuesto de casi 13 millones. Al margen de la trayectoria deportiva, su presencia en los organismos que rigen el baloncesto, la remodelación de Los Guindos o el rigor en la contabilidad, han sido aspectos destacados de estos diez años, como la reciente final de la Copa.
La crisis del coronavirus es el 'penúltimo', pero gran obstáculo que se ha encontrado Eduardo García al frente del club malagueño. De momento, el Unicaja lo ha sorteado gracias al respaldo de la entidad bancaria, pero la temporada es una incógnita por culpa de la pandemia.
García, que llegó al club como director de Análisis Financiero, director de Banca Corporativa y de Participadas Externas de Unicaja Banco, se jubilará próximamente de sus funciones en la entidad financiera. Quizá sea su última temporada en Los Guindos. En su casa se lo piden, pero a él 'le va la marcha'... La erosión de vivir en la primera línea de batalla ha sido grande, en parte porque su entorno no hizo suyo el mensaje que le dio un amigo, el de que se olvidase de las redes sociales.
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