De ganar la Champions en Málaga a liderar la Euroliga

El deseo de La Euroliga de contar con un club potente en la capital francesa animó a los responsables e inversores. Para entender el rápido crecimiento de un club, que se creó en 2018, conviene ahondar en su historia. El actual líder la Euroliga y campeón de la Eurocup el año pasado es el resultado de la fusión de tres clubes, de la que surgió la Asociación para el fomento del baloncesto en París. Pero hay más, se trata de una entidad, muy moderna y urbana en todas las acciones que despliega, desde su imagen de marca como implicación social. El club es propiedad de la sociedad Paris Basketball Investments, propiedad David Kahn, ex directivo de los Minnesota Timberwolves de la NBA.

Así que Kahn y su equipo tenían claro lo que tenían que hacer. Ya en la Final Four de Málaga cerró el fichaje del hombre clave del Telekom Bonn, el técnico Tuomas Iisalo. Con el entrenador atado fue más fácil hacerse con su estrella y así se fraguó la contratación de TJ Shorts, MVP de la Champions esa campaña y luego de la Eurocup. Más tarde llegaron Sebastián Herrera, Tyson Ward, Collin Malcolm, Michael Kessens y Leon Kratzer. Todos siguen en el equipo.

El París estaba ya bajo el paraguas de la Euroliga y había que dar el siguiente paso, ganarse una plaza entre los mejores. Así que había que ganar la Eurocup y lo hizo, además manteniendo el estilo directo, rápido y agresivo que le permitió ganar la Champions y que tantas veces Ibon Navarro ha elogiado.

Con esa base de jugadores y a pesar de que Lisalo se marchó a la NBA como asistente de los Memphis Grizzlies, el equipo mantiene sus señas de identidad. Los responsables del club eligieron de forma inesperada a Tiago Splitter como su recambio. El exjugador brasileño ha sido listo y no ha cambiado nada, porque el equipo juega de maravilla, tanto que es el líder de la Euroliga. Para conseguirlo ha apuntalado bien la plantilla con jugadores que se ajustaban al estilo, como Maodo Lo, Jantunen o Kevarrius Hayes.

De forma paralela, el club fue dando pasos institucionalmente. El París Basketball jugaba sus partidos en el Halle Georges-Carpentier, un antiguo pabellón que tuvo que ser reformado. Dentro del plan de crecimiento ya estaba previsto la construcción de un nuevo recinto, pues se incluía en el programa de instalaciones de los Juegos Olímpicos de París. De este modo dio el salto al Adidas Arena situado en el barrio parisino de Porte de la Chapelle y que tiene una capacidad para 8.000 espectadores. El pabellón acogió la pruebas olímpicas de bádminton y gimnasia rítmica en los Juegos.

La exitosa trayectoria deportiva se ha visto acompañada por un aumento de su masa social. El pabellón está lleno en los encuentros de la Euroliga y cada partido se ha convertido en un acto social. Músicos, deportistas famosos y caras conocidas del ámbito cultural se congregan para ver en acción al equipo del momento en Europa.

La apuesta del club por estar en la élite es decidida, lo que se explica con el dato de que ha doblado su presupuesto respecto a la temporada anterior. De los 9,2 millones de la campaña 2023-2024 ha pasado a los 18,8 de la actual, según los datos oficiales de la Liga Nacional de Baloncesto de Francia. La Euroliga exige dar ese paso, porque sólo así se puede afrontar su exigente calendario y tener una plantilla de quince profesionales. Es previsible, que pase lo que pase esta temporada, el pujante club parisino será un fijo en la Euroliga las próximas campañas, al menos mientras llega la NBA a Europa, algo que sucederá en un par de años, según vaticinó su presidente días atrás.