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Francis Alonso (Málaga, 1996) es un buen conversador. Sus frases están impregnadas de mensajes que perfectamente podrían aparecer en uno de esos libros de autoayuda y motivación personal. Quizá esta personalidad forjada en la cultura del esfuerzo durante su etapa en Estados Unidos le está ayudando a llevar mejor esta compleja temporada tanto a nivel personal como colectivo. La particular construcción del equipo le ha restado protagonismo y minutos, y le ha obligado a 'reinventarse'. A pesar de esto, el talento anotador sigue intacto y lo ha demostrado en los últimos encuentros. Alonso, que acaba contrato, reconoce la motivación que genera en el vestuario tener la opción de pelear por el título en la Champions y repasa para SUR algunos capítulos claves de la temporada.
–¿Cómo enfila el equipo la fase clave de la temporada? ¿Hay algo más de relajación después del importante triunfo en Santiago? Por cierto, que antes del partido pidió disculpas a la afición.
–Sabemos lo que es ser aficionado del Unicaja y las expectativas que hay. Sabíamos en la situación que estábamos y lo que nos jugábamos, así que entendimos que había gente que mostraba su enfado y nuestra labor es que ellos sepan que nosotros lo percibimos; que el equipo no es ajeno a ese malestar del aficionado. Algunas circunstancias como las lesiones no nos han ayudado, pero no es una excusa. Estamos contentos por el trabajo que hicimos en Santiago porque mostramos la identidad que debe tener el equipo
–Comenta que el equipo es consciente del sentir del aficionado. ¿Ha habido algún tipo de conjura o reunión del equipo para analizar la situación?
–Hemos tenido charlas, sí. Estando ya en Santiago hablaron los capitanes con todo el equipo y hubo gente que quiso dar un paso adelante y quiso hablar. Eso nos sirvió para unirnos más. En las situaciones complicadas es cuando hay que demostrar más personalidad. Hemos salido reforzados tanto por la victoria como por la mentalización.
–¿La palabra descenso se ha mencionado en algún momento en el vestuario?
–Como le he dicho, somos realistas. No la hemos mencionado, pero sabíamos cuáles eran las circunstancias antes del partido y lo que podía pasar si se perdía allí. Personalmente lo que más me preocupaba era la dinámica, el perder otro partido y otro... Porque cuando todo va mal, se puede crear el hábito de perder. Es una cuestión mental y me preocupaba que el equipo entrase en esa dinámica. Viendo cómo reaccionó el equipo en Santiago, creo que se ha abierto una puerta y hay que aprovecharlo para seguir construyendo.
–¿Esperaba un año tan complejo como el que está viviendo el club?
–No soy una persona que piense a largo plazo ni que se genere unas expectativas, porque no sabemos lo que va a pasar. Siempre hay que estar lo mejor preparado para cualquier cosa. Es evidente que ni los jugadores ni los aficionados nos esperábamos algo así, pero la situación es esta y no podemos culpar a nadie. Esto precisa de un trabajo colectivo y espero que podamos resolverlo en las próximas semanas.
–¿Surge un sentimiento de culpabilidad cuando se cambia de entrenador y se prescinde de determinados compañeros?
–En este deporte el mayor perjudicado es siempre el entrenador. No sé si es justo o injusto, pero es la realidad. En la situación que estábamos no culpábamos a la directiva o al club, somos uno. Todos somos responsables y estamos obligados a dar el máximo para conseguir los resultados. Que echasen a Fotis Katsikaris fue una bandera roja para todos porque a la vez nos culpaba a nosotros. Teníamos que dar un paso adelante todos para mejorar. Ibon Navarro llegó con una energía y positividad que nos ayudó porque estábamos muy abajo. Lo necesitábamos. Personalmente sí me sentí culpable por la decisión que se tomó con Fotis y por los malos resultados y la mala dinámica.
–A nivel personal, ¿mejor ahora que antes? ¿Siente que se ha sido injusto con usted esta temporada por lo que ofrecía en la pista?
–¿Qué es justo y qué es injusto? Cada uno tendrá una opinión. Aprendí que sólo puedo controlar lo que depende de mí. No puedo arreglar cosas que no están en mis manos. Además, eso te afecta a nivel mental. No puedes preocuparte de cosas que no están bajo tu control. Eso te desestabiliza. ¿Estamos ahora mejor que antes? Pues mire, todavía queda mucha temporada y es mejor hacer las cuentas al final.
–Lo que sí parece es que ha recuperado el 'picorcito'...
–(Risas). He tenido algunas oportunidades más de las que tenía y eso ayuda. Ibon me ha ayudado a tener confianza en mí mismo y me ha llevado a tener situaciones en las que antes no podía encontrarme. No puedo confiarme por un par de partidos buenos. Hay que saber utilizar la confianza y no relajarse. Nos llega un mes de abril muy difícil y debemos estar alerta.
–El equipo tiene una gran oportunidad de conseguir un título por la vía rápida en la Champions, pero la situación en la Liga es la que es. ¿Por qué competición apostaría?
–La Champions nos motiva, porque al estar en una buena posición, que te da positividad, nos puede ayudar para la Liga. A nivel mental y nivel de juego, la Champions nos puede ayudar. Hemos hablado de centrarnos en el siguiente partido porque la Champions, como la Liga nos, puede ayudar a crear una dinámica positiva y acabar la temporada lo mejor posible.
–Acabar la temporada... ¿Qué pasará después? ¿Lo veremos en el Unicaja la próxima campaña?
–Lo he dicho antes. No me fijo en cosas que no puedo controlar. Como jugador me centro en lo que viene ahora. Estamos en un momento importante para el club y como jugador quiero demostrar que doy un paso adelante. No me planteo el debate de si el club o yo... Cuando todo acabe, nos sentaremos. No me han dicho nada, pero lo entiendo porque lo importante es salir de la situación en la que estamos. A la plantilla no le ayudan los debates sobre el futuro.
–En el último año han pasado tres entrenadores y el equipo no ha funcionado. En ese tiempo el bloque del equipo, que es un bloque de jugadores españoles. ¿Es un modelo agotado al menos en el Unicaja?
–En la ACB el listón para el jugador español está cada vez más alto. En otros países se beneficia la evolución del jugador local. Yo he tenido que salir fuera para poder competir en la élite. Hay talento aquí y en el Unicaja tenemos que aprovecharlo.
–Le tomo la palabra. ¿Qué le diría entonces a jóvenes como Mario Saint-Supéry o Folgueiras? ¿Deben irse fuera?
–He hablado con Mario, al que conozco desde que era un 'micaco'. Hay que tener presente que tiene 15 años. Para mí, la etapa júnior fue muy importante, además con el equipo que teníamos. Mi consejo es que trabaje y disfrute de eso. A partir de ahí, tendrá que sentarse con su familia y el club para ver qué es lo mejor. Mario es muy joven. De mi etapa cadete seguramente sólo Domas Sabonis y yo hemos llegado arriba. Le quedan dos años fantásticos, a Folgueiras menos, pero deben disfrutar y formarse como personas.
–¿Echa muchos de menos Estados Unidos y su vida allí?
–No he vuelto. Quiero hacerlo en verano. Me gustaría volver, trabajar allí y ver a mis entrenadores. Construimos una cultura que todavía perdura en Greensboro.
–Allí están Jesús Carralero y Golden Dike. ¿Les ve potencial para que en unos años estén en el Unicaja?
–Totalmente. Estar allí te hace madurar muy rápido. Sé que tienen ese hambre de seguir mejorando, han madurado y aprecian lo que tienen aquí. Pero ojo, que volver no es fácil. Les he dicho que sigan evolucionando. Jesús está jugando muy bien y seguramente le surjan expectativas y lo mismo 'Gody'. Deben ser trabajadores para que cuando la puerta de Estados Unidos y la NCAA se cierre estar preparados para lo que les llega.
–¿Cuáles son sus aficiones?
–Películas, series, algo de videojuegos, cafés y charlar...
–Lo que viene siendo un poco de postureo...
–Charlar, charlar... Me gusta estar con los amigos, con la familia y la novia.
–¿Hay boda a la vista?
–Ahora mismo estoy muy bien (risas). Como en el baloncesto, no quiero ponerme metas.
–¿Ha dado el primer paso, 'vive en pecado'?
–Sí, sí (risas). Estoy muy contento, pero sí, igual tenemos boda.
–¿Qué serie está viendo?
–La gente va a pensar mal, pero estoy viendo documentales de crímenes. He tenido hasta pesadillas.
–¿Algo de lectura?
–No soy muy lector, pero estoy leyendo la biografía de Agassi.
–¿Dónde llevaría a un amigo a comer en Málaga?
–Lo llevaría a El Palo, a Gabi. Suelo ir al restaurante de un amigo, Tomasiento y también a Palapa.
–Está al día de la actualidad política.
–Evito la política, pero sí y estoy al día de lo que pasa.
–Vacaciones en...
–Tarifa nunca falla.
–Música
–Escucho de todo, música americana, clásicos.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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