Francis Alonso:«Tengo libertad para hacer más cosas y ambición por mejorar»

Esta temporada, cada aficionado del Unicaja lo será también un poco del Surne Bilbao. La presencia en el cuadro vasco de Francis Alonso (Málaga, 1996) hará que muchos sigan de cerca sus evoluciones. El escolta afronta una etapa nueva en su carrera después de dos complejos años en Málaga en los que los resultados del equipo fueron decepcionantes y en la que tuvo tres entrenadores. Alonso fue uno de los damnificados por la purga realizada por la directiva en la plantilla, aunque no guarda rencor porque entiende que salir de Málaga era la decisión que debía tomar.

–Temporada totalmente nueva para usted. Empieza desde cero en un club distinto en todos los sentidos al Unicaja. ¿Qué sensaciones tiene?

–Tengo muchas ganas y ambición. Hemos tenido muchos partidos de pretemporada y ahora empieza lo bueno. Tenemos retos interesantes por delante con dos competiciones muy bonitas como la Liga y la Champions.

–No sólo es un club distinto, sino una ciudad muy diferente a Málaga. ¿Cómo lleva la adaptación a Bilbao y las costumbres vascas?

–Vivo cerca del pabellón, en Miribilla, y he tenido la oportunidad de estar con mis padres un par de semanas. Ellos tenían amigos aquí que nos han ayudado al desembarco. Después de tres o cuatro días de instalación y de montar cosas de Ikea (risas), pues ya a tope con los entrenamientos. Tengo aquí a mi novia, así que muy bien. El equipo, el club y los aficionados me han hecho la adaptación ligera. Tengo ganas de disfrutar del baloncesto aquí. Esta afición es conocida por apoyar mucho a su equipo y hacer sufrir a los rivales y espero ser partícipe de ese ambiente.

–La última conversación con usted fue en mayo después de la charla con la directiva en el vestuario del Unicaja. Por sus palabras en ese momento, parece que ya tenía claro que su etapa en Málaga se había acabado...

–Entiendo que el club estaba en un momento de tomar ciertas decisiones. Después de reunirme con Juanma vimos que ellos querían hacer cambios y tomar otro rumbo. Mi ambición para el futuro era la de seguir evolucionando. Ellos entendieron mi postura y yo la suya. Dejar tu casa siempre es algo difícil de tragar, pero creo que las dos partes estábamos en sintonía. Estoy agradecido a la oportunidad que me han dado el Bilbao. Es un reto. Espero que todo vaya bien.

–Pero el club le planteó un acuerdo para poder repescarlo, algo que implicaba también a su equipo de destino. Era como un «no te quiero, pero sí...». Usted lo descartó.

–Tuvimos conversaciones con mi agente y los equipos interesados, pero a estos clubes no les parecía bien. Si la cosa iba bien, ellos querían tener un beneficio por apostar por mí... Yo entendía que el club quisiese tener esa opción, pero el Unicaja también entendió nuestra postura.

–Por diferentes motivos, su paso por el Unicaja ha sido complicada. Aquella cesión al Fuenlabrada, luego al Oviedo, llega la pandemia, pabellones vacíos, no ha podido disfrutar plenamente del ambiente del Carpena, malos resultados... ¿Piensa que no ha tenido suerte?

–Fíjate, irónicamente el Coronavirus me trajo suerte, porque pude jugar en Málaga. Si no llega a ser por la pandemia tendría que haber seguido en el Oviedo. Pero tuve que volver a Málaga, le pedí al club entrenar con el equipo y ellos me dieron la oportunidad. Esto permitió que viesen más de cerca el nivel en el que estaba. Fue una gran oportunidad. Ese trabajo que había hecho lo plasmé en las semanas previas al 'play-off'. Fue mala suerte que no pudiese ir a Valencia, pero aquello me permitió afianzarme y disipar las dudas que algunas personas que había entonces tenían sobre mí y mi nivel. A partir de ahí, he tratado de aprovechar cada oportunidad y entrar por cada puerta que se abría. Venía del Fuenlabrada y el Oviedo, el equipo estaba hecho y me costó, pero pude incorporarme. Entiendo que en el Unicaja no esperaban mi nivel, tampoco aquel comienzo de temporada tan bueno. No estaba en los planes. Traté de aprovechar cada oportunidad en los meses posteriores, incluso con los cambios de entrenadores.

–Bilbao parece una reválida. Porque aquí, por diferentes motivos, quizá por la falta de confianza de los entrenadores, faltó esa regularidad. ¿Siente que debe reivindicarse?

–Para empezar la pretemporada ha sido distinta. Es de las pocas veces que he vuelto a recuperar mi faceta de base. Rafa Pueyo y Jaume Ponsarnu sabían que puedo ayudar ahí y esto ha sido una novedad. También por culpa de las lesiones de algunos compañeros he jugado mucho de base, así que he estado más ahí que en el puesto de escolta. Vengo con ambición por evolucionar, con la idea de hacer más cosas y tener más libertad. Estoy contento, con mucha motivación y quiero seguir mejorando para poder ayudar a mi equipo ganar.

–El Unicaja que se va a encontrar en la ACB es totalmente distinto al que se dejó.

–El club ha hecho un buen equipo, con talento y físico. Hay jugadores que pueden ayudar en varias posiciones. Con Alberto y Darío fuera seguro que la pretemporada ha sido distinta. Espero que no haya lesiones ni obstáculos para que el Unicaja pueda conseguir sus objetivos para que el club vaya bien.

–Un trocito, aunque sea pequeño, del oro de España es suyo...

–Para mí es un orgullo jugar siempre con la selección. Me alegré muchísimo por este título, que además es muy merecido. He disfrutado por el impacto que ha tenido Alberto, porque se lo merece. La selección ha seguido remando cuando lo tenía todo en contra y ha demostrado los valores que hay en ese equipo. España ha vuelto a disfrutar con el baloncesto, que también es muy importante.

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