Fran Vázquez, un incomprendido sensacional

La relación de Fran Vázquez con el aficionado del Unicaja también ha sido muy particular. El público de Málaga suele ser cruel a veces con sus propios hijos. Le pasó a Nacho Rodríguez en su día y también al pívot de Chantada, además de otros exjugadores que han sido pitados cuando alguna vez volvieron por aquí. En su caso los aficionados no entendieron que dejase el pujante proyecto del Unicaja campeón de la Copa del Rey para irse al Akasvayu y, de allí, al Barcelona.

El verano de 2005 fue una locura para Fran Vázquez tras ganar la Copa con el Unicaja. Fue elegido en el Draft de la NBA en el puesto 11 por los Orlando Magic, que gastaron una elección muy alta para hacerse con sus servicios. El sueño americano del gallego fue efímero. Estuvo en la ceremonia del Draft, conoció las instalaciones del que podía ser su equipo e hizo el viaje de vuelta. Tenía que decidir y parece que lo hizo en el avión de regreso. Nada más aterrizar en Málaga se presentó en la boda de su amiga Rosa Mariscal, jefa de prensa del Unicaja, y el revuelo fue enorme... El hombre del momento, ajeno a todo, prefería estar con sus amigos. Así es Fran Vázquez. Al final acabó en el Akasvayu Girona...

Detrás de esa marcha se esconde buena parte del éxito del Unicaja en los años posteriores, aunque muchos no lo sepan o prefieran obviarlo. Aquel proyecto artificial del Akasvayu se hizo con Fran Vázquez tras llegar a un acuerdo con el club malagueño en el verano de 2005. Un millón de euros, casi nada. Recuerdo perfectamente la llamada desde la redacción de SUR para informarme. Estaba en Manchester cubriendo la pretemporada del Málaga. «Fran Vázquez se va, lo publicaremos mañana», me comentaron. Pensaba que se iría al Real Madrid o al Barcelona, pero cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que se iba a Girona. No me lo podía creer, pero aquella inmobiliaria que estaba detrás del equipo catalán estaba derrochando el dinero alocadamente. No es que Fran no lo valiese, sino que despilfarro fue tal que acabó quebrando.

Ahí es cuando el pívot gallego comenzó a ser importante para el Unicaja. Muchos piensan que el Unicaja pudo fichar al gran Marcus Brown gracias al dinero que cogió por la 'fuga' de Trajan Langdon rumbo al CSKA. El escolta norteamericano, apodado el 'asesino de Alaska' era la pieza elegida por Scariolo para el puesto de escolta titular. El jugador firmó un precontrato con la entidad de Los Guindos cuando era la estrella del Dinamo de Moscú. Pero antes de que el fichaje se pudiera hacer oficial, el CSKA le hizo una oferta muy superior a la del Unicaja y Langdon rompió su acuerdo con el club malagueño –el precontrato se fimó en abril y el definitivo se tenía que rubricar en junio–. El resultado fue una buena indemnización para las arcas del Unicaja y el posterior fichaje del descarte del CSKA, Marcus Brown. El club recibió un buen dinero, pero la clave estuvo en el traspaso de Fran Vázquez. Recuerden, un millón de euros.

Aquel primer 'pellizco' por el gallego permitió al Unicaja apuntalar un gran equipo como el que tenía para convertirse en un equipazo que acabó ganando la Liga Endesa en 2006. Ese verano Fran, que seguía en línea ascendente, fue vendido al Barcelona. Y aquí el Unicaja volvió a cobrar. La entidad malagueña incluyó en el acuerdo con el Girona una cláusula que contemplaba una indemnización de 750.000 euros en caso de que el pívot fuese traspasado a otro equipo después de la primera temporada en el Akasvayu. Así que en cuanto el gallego estampó su firma en el contrato con el club catalán, el Unicaja apareció para cobrar. En total, Fran Vázquez le ha dado al Unicaja 1.750.000 euros. La segunda entrega de ese dinero, más lo que se percibió por la marcha de Garbajosa a la NBA, permitió mantener a varios jugadores claves como Santiago, Pepe Sánchez o el propio Brown y alcanzar la Final Four de Atenas. Por todo esto, resultaba incomprensible que a Fran Vázquez se le pitase cada vez que llegaba a Málaga con el Barcelona, equipo con el que dominó durante casi década la liga ACB y firmó registros históricos.

Su etapa en la Ciudad Condal llegó a su fin en la temporada 2011-2012. Les cuento una historia muy curiosa. Fran Vázquez y su mujer fueron padres de su único hijo meses antes de la Copa de 2012 que se celebró en Barcelona. La pareja quería criarlo en Málaga y puede que con la idea de que el pívot se retirase en el Unicaja. En aquella Copa del Rey, en la que el Cajasol de Joan Plaza eliminó al cuadro cajista, mi compañero José Miguel Aguilar y un servidor estábamos cubriendo el torneo. Un tarde quedamos con Fran y su mujer para saludarlo. Allí nos comentó que quería volver a Málaga, pero también que era consciente de que los aficionados 'lo tenían señalado'. Así que le dijimos, que él tenía que dar el primer paso, y concretamos una entrevista. Semanas después, Fran sorprendía a muchos reconociendo que no le importaría volver a Málaga, como así sucedió en el verano. El títular de la entrevista no dejaba lugar a dudas: «Sería un orgullo volver a jugar en el Unicaja» Pudo quedarse en Barcelona peleando por títulos, pero una vez más antepuso a su familia.

Es la misma historia que ha vivido en la selección, donde por diferentes motivos, se mantuvo al margen durante años de un grupo que ha dominado el baloncesto internacional en las últimas décadas. Pudo ganar mucho con la selección, pero sólo Sergio Scariolo, hombre fundamental en su carrera, y Jorge Garbajosa lograron convencerlo para que volviese a jugar con España. Fran Vázquez ejerció de veterano en un grupo que logró de forma brillante la clasificación para el Mundial de China en las famosas 'ventanas de la FIBA'. Uno de sus últimos partidos con España fue en Málaga, donde, entre lágrimas, dijo que no quería retirarse sin que su hijo le viese jugar con la camiseta de la selección. Sueño cumplido para el pequeño Aitor.

Sirvan estas pinceladas para que aquellos que no lo conozcan, entiendan mejor la importancia de Fran Vázquez en la historia reciente del Unicaja, pero también en el baloncesto español y su forma de proceder a lo largo de su carrera. Se retira un sensacional jugador de baloncesto, ahí quedan sus registros en la ACB y con el Unicaja -máximo taponador (337) , cuarto en partidos (342), octavo máximo anotador (2.341) y tercero en rebotes (1.455)-, pero ante todo un tipo muy honesto, sencillo y que siempre entendió el baloncesto y la vida a su manera.