La destitución de Fotis Katsikaris como entrenador del Unicaja se resolverá en los juzgados. El entrenador griego ha denunciado al club malagueño al considerar que está sufriendo una modificación de las condiciones laborales desde que el pasado 6 de febrero fuese destituido como entrenador ... del primer equipo y sustituido por Ibon Navarro.
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Sólo unos días después de aquella decisión, el Unicaja, a instancias de su presidente, Antonio López Nieto, y con el visto bueno de su consejo de administración, decidió que el técnico retomase sus funciones en un despacho de Los Guindos. La explicación para esta medida está en la falta de entendimiento para resolver el contrato que les unía hasta junio de 2023. Según la parte con la que se hable hay distintas versiones. Por un lado, desde el entorno de Katsikaris se asegura que no ha habido negociación alguna, mientras que desde el club se insiste que la propuesta del entrenador es percibir ya la totalidad del salario que tenía firmado hasta la finalización de su contrato; es decir, lo que falta de esta y la siguiente (2022-2023). Al parecer hubo un intento de acercamiento la semana pasada, pero nada más.
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Como el Unicaja ha mantenido la postura de que Fotis Katsikaris siga trabajando en las oficinas realizando informes técnicos y no ha habido acuerdo, hay que entender que el entrenador considera –en función de la denuncia interpuesta– que está siendo objeto de una modificación de las condiciones laborales. Bajo estos argumentos, sus abogados han presentado la demanda en un juzgado de Málaga, aunque el Unicaja todavía no ha recibido la notificación oficial de la misma, según explicaron a SUR fuentes de la entidad malagueña.
De este modo, salvo que el asunto se resuelva antes, las partes se verán en los juzgados. Conviene aclarar que no se trata de dirimir un despido, pues Katsikaris sigue teniendo contrato con el Unicaja a día de hoy. Como suele ser habitual en estos procesos, antes de llegar a juicio, el Unicaja y el griego tendrán un acto de conciliación para ver si hay acuerdo en función de lo que se demande. En caso contrario, será ya un juez el que decida quién tiene la razón. Está por ver también qué sucede ahora y si el entrenador sigue acudiendo a Los Guindos para continuar con las funciones que el Unicaja le ha asignado.
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En los últimos años hubo varios pleitos con jugadores y entrenadores, algo habitual por otro lado en el deporte profesional en el que se mueve mucho dinero.
El más reciente fue en mayo de 2017 con Trevor Mbakwe, despedido durante la pretemporada por sus problemas de rodilla. El jugador consideró que estaba apto y que con aquel despido se había faltado a su honor, pues luego jugó con normalidad en el Zenit. Tras llegar a un acuerdo ya en los juzgados, el Unicaja le tuvo que pagar 230.000 euros. La primera oferta del club al jugador fue de 160.000 euros, cantidad rechazada por el pívot, que reclamaba los 467.000 euros íntegros de ficha que iba a percibir en Málaga.
Para Katsikaris y sus abogados no será la primera experiencia de este tipo, pues el año pasado le ganó un juicio al Gran Canaria por su despido –entonces sí lo hubo– en el verano de 2020 y que se resolvió cuando ya dirigía al Unicaja. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma de Canarias le dio la razón y obligó al club insular a pagarle los 328.291,50 euros brutos que estipulaba su contrato para la campaña 2020-2021.
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