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Desde el principio la fotografía del partido mostraba el juego interior del cuadro canario frente a la insistencia en el juego de perímetro por parte del Unicaja. Como Barreiro empezó a crear peligro cerca del aro local, el equipo malagueño se mantuvo en el marcador. ... Pronto entraron muchos suplentes y los canarios dieron otro tirón, porque los hombres del banquillo malagueño no aportaron casi nada. En el segundo cuarto, los visitantes arrancaron con cuatro titulares y Abromaitis. A base de mejor defensa interior y mucha más paciencia en ataque tomó la iniciativa en el juego.
Lamentablemente, nuevos movimientos del banquillo malagueño limitaron su anotación. A pesar de ello y del excesivo número de pérdidas, el Unicaja 'solo' perdía por cuatro puntos al final de la primera mitad, tras un escaso 37 por ciento de los locales. En definitiva, un primer tiempo muy pobre, que permitía al Unicaja mantener la esperanza de victoria.
Después del descanso, la defensa malagueña se mantuvo bien cerrada atrás y fueron los hombres del perímetro local los que dieron otro tirón en el marcador. Además, las faltas personales de los pívots visitantes concedieron ventaja a los locales debajo del aro 'cajista'. El ataque del Unicaja no era un modelo de organización y sus hombres altos no contaban para nada.
Aunque el partido seguía siendo muy mediocre, el Unicaja perdía ya menos balones y el escaso acierto local le mantenía en el partido. En el cuarto definitivo, cuando volvió Eric, el Unicaja vivió sus mejores momentos del encuentro, con excelentes tiros exteriores, iniciativas de Fernández y alguna jugada de espaldas del pívot que no esperábamos. A pesar de ello, al Unicaja se le fue una oportunidad única de ganar en Tenerife, porque le faltó regularidad, perdió muchos balones en el primer tiempo y permitió demasiado a un Fitipaldo que se comió anoche a los bases del Unicaja.
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