Un fin de semana reparador en el Unicaja

«Dije que la primera victoria iba a ser fea, y me he equivocado», reconoció después en la sala de prensa su entrenador, Ibon Navarro, convencido de que su equipo sólo saldría de ese bache inicial con mucho esfuerzo y sufrimiento. Pero no fue así. El equipo fue un vendaval en ataque (113-91), cerquísima de récords históricos. Se quedó a un punto de su tope anotador en casa (114) y dispuso de la última posesión para batirlo, nada menos que ante el Joventut, no un humilde Heroes Den Bosch (en la fase previa de la BCL) o el Gipuzkoa, colista entonces de la ACB, víctimas de las anteriores exhibiciones ofensivas de récord.

Si el cuadro cajista se redimió, no le fue a la zaga el Unicaja Mijas, que unas horas antes derrotó al Mallorca en el pabellón Martín Urbano de Los Guindos: 60-56, con un decisivo cuarto final, resuelto con un parcial de 20-9. Las jugadoras de Jesús Lázaro aún no habían ganado en las tres jornadas anteriores en la Liga Challenge y este resultado les sirve para devolver la confianza.

Pero la emoción mayor del fin de semana, que se vivió también en Los Guindos, la protagonizó el equipo EBA, el filial masculino, con la reaparición del base cordobés Rafa Santos más de dos años después de una grave lesión en su rodilla izquierda, con numerosos pasos por el quirófano. A sus 20 años (fue de los más precoces de la historia en el Unicaja en debutar con el primer equipo de manera oficial, el 21 de octubre de 2020), jugó 12 minutos ante el Jaén y lo de menos fue el resultado (derrota por 87-88) y sí cómo arropó la entidad a su canterano, con toda la plana mayor en la cita y concediéndole un tratamiento informativo digno de la ocasión.