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La importancia de José María Martín Urbano se puede calibrar en el torrente de reacciones que produjeron desde que trascendió su fallecimiento. Además de ser una persona muy querida, fue un técnico esencial para la formación de cientos de jugadores durante su etapa en la cantera del Unicaja. Su pérdida se une a las de Alfonso Queipo de Llano, Javier Imbroda y Manolo Jato. En poco más de nueve meses, el baloncesto malagueño ha dejado de contar con personas que han sido referentes indiscutibles para el crecimiento, consolidación y éxito de este deporte en la provincia a nivel nacional e internacional.
El 31 de enero se marchó Queipo de Llano, jugador, entrenador, directivo y mecenas de baloncesto local. Él y Martín Urbano fueron claves en la creación del Caja de Ronda del que llegó el actual Unicaja. Ellos junto, a Paco Moreno, también ya desaparecido, permitieron el desembarco de la entidad bancaria en el mundo del baloncesto. Desde aquella maniobra en la que consiguieron convencer a Juan de la Rosa y a su hijo Juan Luis de la Rosa, el apoyo de Unicaja al club de baloncesto ha sido firme y constante para convertirlo en uno de los clubes más señeros del baloncesto europeo. De hecho, no existe en todo el continente un patrocinador que lleve más tiempo apoyando a un club. Se trata de un caso único.
El 3 de abril el baloncesto malgueño sufrió un nuevo revés. Javier Imbroda fallecía después de una larga lucha contra el cáncer. Si Queipo de Llano fue determinante para para mantener vivo el deporte de la canasta en Málaga, la llegada de Imbroda al Unicaja tras la fusión con Maristas dio un nuevo impulso al proyecto. Con el melillense al frente del equipo se vivieron los primeros días de gloria en aquella mítica final de Liga contra el Barcelona que disparó la popularidad y la afición por el baloncesto en toda la provincia. Imbroda estuvo diez campañas como entrenador del Unicaja en las que dirigió 268 partidos.
En mayo falleció Manolo Jato, menos conocido por el gran público, pero otra figura clave al ser el primer entrenador profesional en la historia del baloncesto malagueño. Con él cambio la percepción del juego, se establecieron nuevos sistemas de entrenamiento. Llegó el necesario cambio para avanzar.
Ahora José María Martín Urbano deja otro hueco imposible de llenar. Se tratama de una persona de gran carisma por su capacidad para conectar con los que lo trataban. Amable, educado, de fuertes convicciones religiosas y un enamorado del baloncesto en cualquiera de sus expresiones, porque lo consideraba como una forma de educar a los jóvenes en valores más allá del deporte.
El Unicaja tiene ya un equipo en el cielo de primer nivel. Junto a Imbroda, Queipo de Llano, Jato y Urbano están otras personas fundamentales para el baloncesto, como el propio Paco Moreno, antes citado y que fue de la mano de los dos últimos para hacer posible el actual club. No convendría olvidar la figura de Paco Rengel, durante años jefe de deportes de SUR y que apoyó desde el periódico ese desarrollo del baloncesto. Un equipo de auténtico lujo.
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