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El Unicaja estuvo todo el verano pasado para fichar a un pívot de garantías y ahora va camino de los tres meses para intentar encontrar un jugador que supla en la rotación interior. Es la historia de nunca acabar en el club cajista que, echando ... la vista más atrás, se encontraba en la misma situación justo antes de que Luis Casimiro fuese destituido. Nada ha cambiado y el problema persiste.
El 10 de noviembre de 2021 se notificó el primer movimiento en el mercado en esa dirección, aunque seguramente el club cajista llevaba ya más tiempo buscando. Desde entonces hasta ahora, nada de lo que se ha tanteado ha cuadrado con el perfil que se busca, ya fuese por cuestiones deportivas o por asuntos económicos. Por el camino, el equipo se dejó la opción de disputar la Copa del Rey y anda sumido en una deriva tan preocupante como desconcertante, que incluso pone en peligro su participación en la fase por el título. Queda lejos, sí, pero los síntomas no indican nada bueno.
Desde que el Unicaja decidió disolver el dúo Shermadini-Lessort, el equipo ha carecido un juego interior consistente. Las apuestas posteriores fueron un error total a tenor de lo que ha pasado. Lo llamativo es que la contratación de un pívot de garantías ha sido una cuestión prioritaria siempre, como lo fue el pasado verano. Entonces, la particular situación del club dio al traste con algunos apuestas.
El caso es que el Unicaja vuelve a estar en el punto de partida. El club ha mirado en la Liga de Desarrollo estadounidense, un mercado complejo porque se ha convertido en cantera de la NBA para suplir las bajas por coronavirus, también en Europa, donde las opciones son más reducidas, e incluso en la propia Liga Endesa. Parece que se busca un perfil distinto a Eric y Nzosa, capaz de generar la atención de las defensas para dejar espacio a los tiradores; cuestiones técnicas, pero ese tipo de jugador es complicado de encontrar a estas alturas. Los buenos están en equipos de primera fila...
También influye la situación económica, pero distintos interlocutores indican que sí, que ahora el Unicaja sí tiene algo más de dinero. También desde el club se reconoce esto con la boca pequeña. ¿Entonces qué? El propio Fotis Katsikaris reconocía tras la derrota ante el Valencia que había que hablar con los responsables del club sobre la posibilidad de reforzar la plantilla. El Unicaja afronta unas semanas claves para mover ficha e incluso para meter en dinámica a un jugador nuevo, pues no tiene partidos a la vista. La última semana de enero acaba el plazo para incorporar jugadores cara a la Champions. Lo que pase en estos días será clave para entender qué es lo que se quiere, también en términos de proyecto, si es que se quiere algo... La caña parece que está echada.
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