Deon Thompson: «Nunca me he rendido en mi carrera y no lo iba a hacer en el Unicaja»
ENTREVISTA ·
El ala-pívot estadounidense ha volteado un mal comienzo de temporada para ser un jugador clave en el equipo, del que destaca la importancia de su bloque nacional
Ha sido y es uno de los protagonistas de la temporada del Unicaja por diferentes motivos. Cuestionado al comienzo e indispensable ahora, Deon Thompson (Torrance, California, 1988) vive un momento dulce. Ha recuperado sensaciones, se siente importante en el equipo y disfruta de la provincia dentro de las limitaciones permitidas. Su larga trayectoria a nivel internacional lo convierte en un interlocutor válido para calibrar las posibilidades de su equipo. Se presenta a la entrevista con SUR con una camiseta de North Carolina, universidad con la que dominó la NCAA durante varias campañas y con la que ganó el título en 2009. Se deshace en elogios hacia la apuesta por los jugadores españoles, alucina con Yannick Nzosa, bendice que el baloncesto le haya permitido conocer el mundo entero y diferentes culturas y aborda sin tapujos el problema racial que se vive en Estados Unidos.
–La situación del equipo es buena ahora. Lejos queda ya aquel comienzo de la temporada. En este caso, cualquier tiempo pasado fue peor...
–Efectivamente. Tenemos buenas sensaciones después de que empezamos de forma muy floja. A pesar de esto, tenemos que tener los pies en el suelo, ser humildes y continuar trabajando. Es la fórmula para que los éxitos continúen.
–¿Qué ha cambiado en el equipo de septiembre a ahora?
–Creo que realmente no ha cambiado nada. Las cosas en el equipo tenían que ajustarse. Es un proceso normal. Cogimos un buen ritmo de competición y cuando ganas parece que todo es mejor. Hemos mejorado la defensa, porque si ves el equipo es evidente que podemos anotar mucho y tenemos múltiples opciones para hacerlo, pero para ganar partidos necesitas ser sólido atrás.
–En este año loco con un riesgo grande de contagio por los continuos partidos y frente a rivales de otros países, ¿es complicado mantener la concentración?
–Es un momento complicado y todo el mundo atraviesa por dificultades. El baloncesto es una fórmula para que tanto nosotros como los aficionados se alejen de esos problemas y de la realidad. Para nosotros, tienes 40 minutos que te exigen una gran concentración y te ayudan a estar metido en lo que haces.
–Usted comenzó la temporada con grandes expectativas, optó por quedarse en Málaga entrenando porque iba a actuar de 'cinco' y luego se encontró otro panorama. Jugaba poco, las cosas no le salían y surgieron rumores sobre su salida del equipo. ¿Cómo manejó aquello?
–Cuando las cosas se ponen complicadas, hay que seguir trabajando. Es la única opción, porque dejarlo y rendirme es algo que nunca contemplé. Nunca lo he hecho en mi carrera y no lo iba a hacer aquí en el Unicaja. En esos momentos difíciles lo que hay que hacer es bajar la cabeza y trabajar duro para centrarse en lo que es realmente importante: ganar partidos. No me preocupan los minutos o si no anoto, pero el equipo está ganando. Siempre he defendido que cuando el equipo gana, ganamos todos a nivel individual. El éxito del colectivo está por encima de todo.
–¿Habló entonces con el entrenador sobre su situación?
–Evidentemente hablé con algunas personas para informarme, pero en esas situaciones no debes prestar atención a las voces de fuera o lo que dicen otras personas. El Unicaja es un club profesional y si hay algún problema, vendrán directamente y me dirán qué es lo que pasa. Haberme distraído habría sido un error, así que me concentré en lo que podía controlar. Creo que es una gran lección siempre. Si puedes controlar una cosa y tratar de arreglarla o mejorarla, es lo que debes hacer.
–Y entonces un día empieza a jugar mejor y mejor, vuelve la confianza, el equipo gana y aquello parece lejos... ¿Fue un cambio mental o simplemente las cosas empezaron a ir en la dirección correcta?
–Creo que fue un cambio mental. He jugado al baloncesto toda mi vida. Había cierto nerviosismo alrededor del equipo, pero hacía sólo un mes que había empezado la temporada y no hay que olvidar que esto acaba en junio. En ese tiempo es normal que tengas altibajos. Está claro que habría querido empezar de forma brillante porque soy un profesional, pero no lo puedes controlar todo. Como dije, me centré en trabajar, en mejorar, en tratar de ser positivo y ahora espero acabar a tope.
–Como dice, hay cosas que no se pueden controlar. Los planes para usted era que jugase de 'cinco'. Trabajó duro en Los Guindos durante el verano para aclimatarse a ese puesto. Se lesionó Suárez y tuvo que volver al 'cuatro', pero también jugaba como 'center' y ahora su mejor nivel ha llegado de nuevo como ala-pívot. ¿Le ha generado confusión todo esto?
–No sería justo que dijese eso porque jugué de 'cuatro' toda la temporada anterior, pero es evidente que he vuelto al puesto en el que me siento más cómodo. Cambiar de posición siempre implica un proceso y un aprendizaje. No vas a dar un rendimiento inmediato o en tres o cuatro partidos. Es un proceso más largo que requiere adaptación. Volver al 'cuatro' me ha hecho sentirme más a gusto. Estoy seguro de que durante la temporada tendré que jugar de 'cinco' otra vez, y si eso ocurre, lo único que quiero es que el equipo gane. Vamos a tener la plantilla completa en breve en cuanto vuelvan Jaime y Dragan, y esto quizá implique cambios.
–Usted es un jugador con amplia experiencia en Europa. Conoce otras ligas y muchos países. El principal objetivo del club es regresar a la Euroliga. ¿Ve al equipo capacitado para conseguirlo?
–Cuando juegas, quieres hacerlo al máximo nivel y eso en Europa es la Euroliga. El camino más corto para llegar es ganar la Eurocup, pero esto no es fácil. No hay que engañarse. Estamos en una buena situación. Cuando vi lo que hizo el Unicaja para volver a la Euroliga hace unos años, fue algo fantástico. Para mí sería un sueño ganar un título europeo aquí y sé lo que significa para los aficionados. Tenemos que mejorar como equipo cada día y en cada partido. Cuando te sacrificas, puedes conseguir las cosas. Estamos en el camino correcto.
–Usted es uno de los veteranos, junto a Suárez y Mekel, en un grupo con bastantes jóvenes. ¿Se siente con la responsabilidad de guiarlos, de enseñarles?
–Me gusta dar ejemplo. Me quedo después de los entrenamientos tirando y voy al gimnasio a hacer pesas antes de entrenar. La mejor forma de enseñar es con tu actitud cada día y en cada entrenamiento, también por cómo cuidas tu cuerpo y cómo trabajas. Es la mejor forma de que los jóvenes aprendan que deben tener una disciplina y una ética de trabajo. Ellos tienen que entender que la única forma de mantenerse en un nivel deportivo de élite es trabajando con profesionalidad cada día.
–Uno de esos jóvenes es Yannick Nzosa. Su irrupción ha provocado que toda Europa hable de él y se da por segura su marcha a la NBA en un par de temporadas. Usted trabaja cada día con él, así que puede darnos una idea más aproximada y fiable de lo que de lo que se puede esperar de un joven que sólo tiene 17 años.
–Tiene un futuro brillante. Creo que lo mejor para él en estos momentos es que está trabajando cada día con nosotros y está rodeado de jugadores experimentados como yo o Carlos, y de gente que conoce el juego muy bien como Mekel. Los entrenadores están haciendo un gran trabajo con él, puliendo detalles cada día y haciéndolo mejor jugador todavía. Para un chaval como Yannick, el límite es el cielo. Cuando lo ves entrenar y trabajar, ves la ambición y la mentalidad que tiene, su capacidad para aprender cosas y rápidamente ponerlas en práctica en los entrenamientos o en los partidos, entiendes que es un chico especial...
«El objetivo del nuevo gobierno debe ser reunificar al país. Donald Trump nos llevaba en la dirección equivocada. Biden unirá a Estados Unidos».
«No fui educado para discriminar a la gente por ser de un color o de otro. Queda un largo camino por recorrer»
–Por si no se ha dado cuenta, en Málaga nos gusta ver a gente de la cantera en el equipo y ahora figuran tres malagueños, lo cual es ya rizar el rizo, además de otros tres españoles. ¿Cómo de importante es para un extranjero estar rodeado de tantos españoles?
–Primero quiero felicitar a los chicos por estar con España. Conozco el gran sentimiento que se tiene por representar a tu país y vestir la camiseta nacional. Tener a tantos españoles de nivel muestra la clave del éxito de vuestro país en el baloncesto internacional. Además tienen un nivel excelente tanto ellos como otros españoles de la Liga, lo que la hace más fuerte. Para mí, es fantástico contar con ellos, estar escuchando español todo el día y ver cómo entienden el juego. Fortalece al equipo. Mi mujer y yo estamos encantados de estar en Málaga y nos estamos esforzando por conocer toda la provincia. Nos encanta.
–¿Le ha sorprendido cómo ha empezado Alonso la temporada?
–En absoluto. He trabajado con Francis en Los Guindos todo el verano. Sabía que la iba a romper. Lo he visto cada día. Jugué con su entrenador en la NCAA y estaba todo el día hablándome de él. Me decía que no tendría trabajo de no haber sido por el rendimiento que Francis dio allí... ¡Y qué decir de Alberto! Es pura intensidad, como Darío es un talento ofensivo...
–¿Cuánto hace que no visita a su familia en Estados Unidos?
–Desde agosto de 2019. Estuve dos semanas antes del Mundial de China. Es difícil estar sin la familia, así que es mejor no pensarlo. El baloncesto te ayuda a que no te afecte mucho. Vivir en un sitio como Málaga, también. Es una bendición estar aquí en un club como el Unicaja. Me siento afortunado.
–Eso es mucho tiempo. Cuando vuelva se va a encontrar un país distinto. De entrada no estará Trump. ¿Votó en las elecciones?
–(Risas) Sí, las cosas han cambiado. Sí que voté. Yo y mi mujer votamos por correo. Era un momento importante en el que era necesario cada voto. El objetivo del nuevo gobierno debe ser reunificar al país. Donald Trump nos llevaba en la dirección equivocada. Biden unirá a Estados Unidos.
–Uno de los grandes problemas de la 'era Trump' han sido los conflictos raciales. ¿Cómo lo ha vivido un hombre negro como usted en un país blanco como España? ¿Alguna vez sintió discriminación o racismo de forma directa?
–Yo no tengo la misma experiencia que las personas de raza negra que viven en España porque yo soy un deportista profesional... Esto hace que la gente no muestre rechazo o te mire diferente. He estado en grandes equipos y grandes ciudades, pero mi trabajo me excluye mucho de estas situaciones. En mi país queda todavía un largo camino por recorrer. Es una situación que nunca he entendido, porque yo no fui educado de esa manera en la que discriminas a la gente por ser de un color o de otro. Nunca actuaré así y no educaré así a mis hijos.
–¿Sus hijos hablarán español? Usted lleva muchos meses dando clases. ¿Cómo va ese castellano? ¡Atrévase!
–(Responde en castellano) Mi español es mucho mejor que el año pasado. Me encanta vivir en España... (risas).
–Se lo pregunto porque creo que es de los pocos estadounidenses que han pasado por el Unicaja que han hecho ese esfuerzo.
–Me encanta hablar con la gente, comunicarme con los que me rodean, con la gente que me encuentro por la calle. Disfruto. Mucha gente me conoce aquí y me preguntan cosas, así que quiero ser capaz de comunicarme. En California el español es una lengua habitual y espero seguir mejorando.
–En las redes sociales se ha convertido en un gran 'promotor' de la cultura andaluza. La Junta debería hacerle una oferta...
–(Risas). Para mí el baloncesto representa un viaje alucinante. Cuando era joven yo no tenía ni idea de dónde estaban Málaga, Burgos o Sevilla. Esta experiencia es algo más que jugar al baloncesto; es una experiencia vital. Por eso quiero disfrutarla, conocer lugares, sus culturas, tradiciones, la gente... El baloncesto es la herramienta que me ha permitido vivir así. Por eso publico mis experiencias en las redes sociales, para que la gente de mi país vean todo lo bueno de aquí.
–¿Ha pensado alguna vez en la vida después del baloncesto?
–Me gustaría trabajar como ojeador en Europa de algún equipo de la NBA. Es donde he jugado la mayor parte de mi carrera. Fíjese la cantidad de talento europeo que ha importado la NBA. Tengo amigos en varias franquicias y mantengo esa vía abierta.
–¿Tiene la espinita clavada de no haber jugado en la NBA?
–Es el sueño de cualquier chico que juega al baloncesto en mi país. No miento si digo que fue uno de mis sueños durante años, el estar allí cerca de mi familia. Pero te tienes que adaptar a la realidad, hay vida fuera de la NBA. He podido hacer una larga carrera al más alto nivel. He jugado la Euroliga, la Eurocup y aquí en la ACB. Puedes tener una vida muy buena si te cuidas y pones tu dinero en el lugar correcto. Me di cuenta cuando tenía 26 años y de momento me van bien las cosas.
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