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DRAGAN

JUAN CALDERÓN

Jueves, 22 de agosto 2019, 00:02

El Unicaja y sus aficionados celebran hoy la llegada al equipo de Axel Toupane, un interesante jugador francés que suplirá la baja por lesión de Dragan Milosavljevic. El mundo del deporte genera situaciones de este tipo. Se pasa de la pena a la felicidad en cuestión de minutos. El francés es ahora la ilusión de una hinchada que ya se ha olvidado del alero serbio. No es ni más ni menos injusto, sino un ejemplo de cómo funciona este negocio.

El club malagueño, con una gestión que merece ser destacada, reaccionó rápido ante la pérdida de un jugador vital. Sin embargo, el hueco de Milosavljevic será difícil de cubrir. Me llama la atención cómo la opinión de los aficionados ha ido variando sobre él con el paso de los meses. En su primera temporada, estuvo a punto de tirar la toalla. Estaba hundido. Llegó con unas expectativas altas, pero no terminaba de encajar en los planteamientos de Plaza. Acuérdense, aquello de las rotaciones para jugar Liga y Euroliga, que al final se guardó en un cajón... Él fue el más perjudicado.

Ya con Casimiro, el Milosavljevic errático dio paso al jugador que se fichó del Alba Berlín. Un hombre polivalente, comprometido, competitivo y al que su enorme ética de trabajo le llevó a firmar el mejor porcentaje de tres del equipo desde enero al final de temporada, culminado con esos 28 puntos ante el Valencia en el 'play-off' y 6/7 en triples. A mitad de campaña Suárez, capitán del equipo, se preguntaba cómo y por qué no se le había renovado ya, y Jaime Fernández decía que era el primer serbio que se encontraba que parecía más español que serbio... Su compromiso con el equipo e identificación con la ciudad es total. Renovó por dos temporadas rechazando dos importantes ofertas de clubes de la Euroliga. El serbio es un jugador de fuertes convicciones, las mismas que demostró cuando renovó con el Partizán en 2013, con el club sancionado y sumido en graves problemas económicos, y a pesar de tener ofertas de otros equipos europeos. Aquello, un gesto de total fidelidad con su club, lo encumbró entre la particular afición serbia. Coincidencias del destino, meses después se lesionó en la rodilla derecha y estuvo diez meses fuera de las canchas. Cuando volvió, firmó sus mejores números.

Milosavljevic afrontaba este año con todo por delante. Mundial, pelear por el regreso a la Euroliga con el Unicaja, el nacimiento de su segunda hija, la Copa en Málaga y, de premio, los Juegos Olímpicos, pues era y es uno de los fijos de Sasa Djordjevic, que nadie dude de eso. Ahora, está en su casa de Belgrado, dicen que absolutamente hundido. Un año sin jugar es un palo muy duro para un deportista de élite y con este nivel de compromiso.

Axel Toupane es un sensacional fichaje para el Unicaja, pero hay cuestiones que trascienden los números y las valoraciones de los expertos. En mi opinión, por todo lo que les he contado, Dragan Milosavljevic es un tipo insustituible dentro de un vestuario.

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