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El Unicaja supera al Bilbao en un partido muy trabado

La actuación de Toupane y Jaime Fernández en el último cuarto fue decisiva para el triunfo cajista (77-70)

Juan Calderón

Sábado, 23 de noviembre 2019, 19:57

Le costó mucho, pero el Unicaja sacó adelante un complicado partido ante el RETAbet Bilbao basket. El equipo malagueño firmó su mejor baloncesto en un último cuarto en el que la aparición de Jaime Fernández y Axel Toupane resultó determinante para acabar con la constante oposición del cuadro vasco. El Unicaja volvió a mostrar sus problemas ofensivos, pero al menos no tuvo desconexiones importantes y mantuvo el rigor defensivo y, esta vez sí, mostró más acierto desde la línea de tres puntos. Toupane y Fernández firmaron 12 y 9 puntos, respectivamente, mientras que Adams acabó con 14.

El encuentro comenzó con el Bilbao marcando el ritmo y aprovechándose de los despistes defensivos del Unicaja. Balvin no tardó en aprovecharse de la lentitud de Gerun en las acciones de ayudas defensivas. Así que Casimiro tuvo que sentar al ucraniano y también a Avramovic, que salió en el quinteto titular y que tampoco terminaba de enterarse por dónde le venía el aire. El serbio no volvió a jugar... Esta vez, los triples sí fueron una solución y ayudaron al cuadro de Casimiro a salir del primer aprieto. Cuadro logró el Unicaja en el primer cuarto, algo poco habitual. Pero ni con este factor extra, consiguió controlar el equipo cajista el partido. A los ocho minutos el técnico local ya había utilizado a diez jugadores, síntoma de que trataba de buscar soluciones a un juego un tanto espeso.

La opción interior de Elegar fue una de esas alternativas, pero hasta en cinco ocasiones los bases del Unicaja intentaron buscaron con 'alley oops', pero los impresionantes saltos del americano fueron en balde porque los pases fueron muy malos. El Bilbao jugó bien sus bazas y se aprovechó de algunos errores en defensa para no perderle la cara al partido en ningún momento.

El segundo acto comenzó de nuevo con otro mal pase a Elegar, desesperado ya, y con el cuadro vasco alimentándose del rebote ofensivo por medio de Sulejmanovic, pero como los triples seguían entrando, el Unicaja mantenía su dominio (28-22, minuto 13). Sin embargo, el juego del equipo cajista estaba lejos de ser bueno y a partir de ese momento y hasta el descanso sólo fue capaz de anotar una canasta el juego, un triple de Adams, el resto de sus puntos fueron desde la línea de personal. Los fantasmas del choque del martes en Estambul sobrevolaban el Palacio y el público empezaba a desesperarse ante los fallos de su equipo. Sangrante fue el porcentaje en tiros de dos, un 24%, con sólo cinco canastas de 21 intentos... Al menos, el Unicaja fue capaz de aguantar en defensa, aunque la renta al descanso fue mínima, 37-35.

El comienzo de la segunda parte trajo los mejores minutos del Unicaja. Casimiro apostó por su quinteto más ofensivo, con, noticia, Thompson de cinco. Fue Toupane el que puso una marcha más al juego del equipo, con una canasta, una asistencia a Thompson y otra más a Adams. El cuadro malagueño alcanzó su máxima renta (47-38, minuto 25 y parecía que podía abrir brecha, pero dos malas decisiones de Adams volvieron a dar aire al rival. Un triple de Rafa Martínez obligó a Casimiro a parar un partido que ganaba en intensidad, toda la que no había tenido hasta el momento. El equipo malagueño recondujo la situación, pero por momento se le vio ansioso. Pudo escaparse en el marcador, pero enlazó varias acciones marcadas por la precipitación y eso lo llevó a llegar al último acto ganando sólo por 56-50.

Por suerte, el Unicaja logró serenarse y encontró su mejor baloncesto. Díaz abrió el camino con su enésima exhibición defensiva, y continuaron Jaime Fernández y Toupane. La asociación de entre los dos jugadores con más talento del equipo rompió por completo el encuentro. En un par de minutos el madrileño y el francés dispararon al equipo cajista hasta el 72-60 en el minuto 36. Fernández se retiró fundido y pidiendo el respaldo de la grada. La verdad es que cada vez parece que su último servicio está a punto más cerca de llegar cuando se le ve cojeando, pero ahí sigue aguantando. Parecía que el trabajo estaba hecho, pero quedaba mucho partido, y ese fue el error del Unicaja, que se dejó ir demasiado y vivió con nervios los instantes finales en los que le costó un mundo anotar mientras su rival se acercaba. Por suerte no llegó la sangre al río.

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