Infame partido del Unicaja en Burgos (77-60)

De nada le sirvió al Unicaja el parón europeo. El equipo malagueño firmó un partido lamentable ante el San Pablo Burgos y perdió 77-60. El cuadro cajista estuvo caótico y carente de acierto en los lanzamientos ante un rival que no tuvo que hacer un gran baloncesto para ganar. Sólo Carlos Suárez se salvó de la quema en uno de los peores encuentros que se recuerdan desde que Luis Casimiro llegó al banquillo cajista. Si los jugadores estuvieron mal, tampoco se adivinaron soluciones por parte del entrenador, lo que ya es preocupante.

Había expectación por ver cómo respondía el Unicaja en Burgos después de una semana atípica en la que no jugó competición europea, lo que le permitió, en teoría, preparar mejor el choque. Los primeros minutos del partido hicieron pensar en que el equipo había evolucionado en su juego con una buena circulación y acierto en los lanzamientos. Ganaba 5-9 con triples y una buena defensa. Pero la lucidez le duró cinco minutos y, a partir de ahí, llegó el desastre. Naufragó en todos los aspectos del juego. Su defensa tuvo muchas lagunas y en ataque insistió, ahora sin acierto en los triples. Como era incapaz de anotar una canasta, el Burgos le dio la vuelta al partido sin excesivos problemas. Como dato curioso, la primera canasta de dos del Unicaja llegó a los siete minutos, un palmeo de Gerun (12-11). El primer cuarto acabó con 17-13 y unas malas sensaciones que se confirmaron en un segundo acto esperpéntico.

Unos buenos minutos de Suárez, con ocho puntos seguidos, mantuvieron al cuadro cajista en el choque (24-21, min. 13), y para de contar. El equipo malagueño firmó sus peores minutos puede que de la temporada, y eso que en los dos últimos encuentros a domicilio (Andorra y Galatasaray) ha jugado bastante mal. Sin la más mínima identidad de conjunto, con ausencia de juego colectivo y falta de intensidad sólo anotó ya una canasta en juego hasta el descanso. Fue un carrusel de fallas inadmisible para un equipo de este nivel. El lamentable 8/28 en los tiros de campo en la primera parte resume lo que fue el Unicaja. El juego de ataque carecía de lógica, sólo acciones de uno contra uno y, por lo tanto, sin elaboración ni criterio. El Unicaja dominó el rebote, pero como en ataque estuvo tan mal, no fue capaz de sacar ventaja de esta faceta del juego. El Burgos, que dobló en asistencias al cuadro malagueño 10/5, no jugó un gran baloncesto, pero sí tuvo criterio y dominó con claridad al descanso, 43-27.

El arranque del tercer cuarto trajo algo más de mejoría, si se puede llamar así, al juego del Unicaja. Cuando un equipo juega tan mal como lo estaba haciendo el malagueño, cualquier pasito adelante parecía mucho. Al menos tenía más acierto, eso sí, sólo de tres puntos. Casimiro apostó por los pequeños para mejorar en defensa y tener más control del juego. El cuadro cajista se situó a 'sólo trece puntos' (53-40), pero ahí quedó la reacción. Un carrusel de pérdidas y malas decisiones acabó con otra desconexión horrorosa y con el Burgos ganando por 21 puntos (63-42). El tercer cuarto acabó con un triple desde el centro del campo de Jaime Fernández, pero el Unicaja tenía poco que celebrar...

Y en el último cuarto, más de lo mismo. Los jugadores cajistas evidenciaron que estaban desconectando del partido. Hubo algún amago de reacción, pero sin continuidad. Se benefició el Unicaja de que el Burgos también levantó el pie del acelerador, aunque le hizo falta poco para ganar ante un rival tan caótico. Los pobres 60 puntos que firmó el equipo que dirige Luis Casimiro resumen su pésimo encuentro.