Deon Thompson, la bisagra de la planificación del Unicaja

Hay algunas interrogantes entre los jugadores que acaban su vinculación y quizá se opte por una vía continuista teniendo en cuenta la compleja situación del mercado por la crisis del coronavirus, pero también se puede salir a buscar un cambio de rumbo en determinadas posiciones.

A lo largo de esta temporada, porque aunque parezca lo contrario todavía no ha acabado, ha sido evidente que al Unicaja le faltaba una pieza clave en el baloncesto actual, un 'cuatro abierto' que verdaderamente sea una amenaza desde la línea exterior. El verano pasado se incorporó a Deon Thompson como recambio de Lessort, pero luego fue reubicado al puesto de cuatro porque era evidente que el juego interior se queda demasiado blando, y ahí empezaron los problemas. Para completar la batería de pívots se contrató a Frank Elegar, al que ya se intentó incorporar hace dos veranos.

Thompson es un buen jugador, pero flaquea desde la línea de tres puntos, no es un secreto. Tuvo algunos partidos en los que sí brilló en este aspecto, pero por lo general siempre amaga y opta por acercarse al aro, lo que reduce muchos espacios. Fue habitual ver a los equipos rivales cerrarse en defensa y dejar al Unicaja lanzar de tres, casi siempre con un porcentaje bajo de acierto.

Así que cara al futuro, según apuntan distintas agencias de representación, el club valora dos opciones. O fichar a un cinco y mantener a Thompson de ala-pívot, o utilizar a este como un jugador más interior e incorporar a un 'cuatro' tirador. Esta será una de las claves de la planificación de la próxima temporada. El rendimiento de Thompson no ha terminado de convencer al cuerpo técnico, que esperaba que fuese un jugador más importante tanto en la pista como en el vestuario. Su desvinculación es improbable, en parte porque la economía del club no estará para pagar compensaciones para romper contratos, así que el futuro pasa por contar con él. En su favor hay que decir, que su rendimiento mejoró bastante en el último mes antes de que la competición se detuviese.

Es conocido que el club ha preguntado por el estadounidense Jacob Wiley, que jugó la pasada campaña en el Panathinaikos. Es un pivot 'pequeño' de 2,03 metros con mucha actividad física, pero nada de tirar de tres. Es decir, Wiley responde a la primera opción, lo que da una idea de por dónde pueden ir los tiros. Según se explicó a SUR, el Unicaja ya le trasladó a Wiley una oferta cuando acabó contrato el pasado verano con el Gran Canaria, entonces representado por una agencia distinta a la que tiene ahora, pero el jugador optó por la propuesta del Panathinaikos para jugar la Euroliga.

En cualquier caso, es pronto y el Unicaja contempla todavía los dos escenarios pendiente de las alternativas que puedan surgir en un mercado que se abaratará previsiblemente por la crisis del coronavirus.