Demostración de carácter del Unicaja para doblegar al Galatasaray (97-91)

El partido comenzó de la peor manera posible para el Unicaja, que en los últimos encuentros ha entrado demasiado frío. Pese a la importancia del choque, los jugadores cajistas estaban bajo de revoluciones y sólo Perry lograba generar algo en ataque. La aportación del base era insuficiente para contrarrestar las canastas ciertamente fáciles del Galatasaray, que se encontró con el escenario perfecto, porque la pasividad defensiva del Unicaja le permitió superar la presión inicial. Los jugadores del conjunto turco ganaban todos los duelos individuales. Wallace, Young, Delgado y Palmer vieron aro con demasiada facilidad y el resultado fue un 7-17 a los cuatro minutos que obligó a Ibon Navarro a parar el partido. El Unicaja no controlaba el rebote y también fallaba demasiados tiros, algunos claros. La entrada de Sima y Pérez dio algo más de consistencia debajo de los aros, pero al final del primer cuarto mandaba el Galatasaray (18-27).

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Precisamente la reacción del Unicaja llegó por medio de estos dos jugadores. Un mate del dominicano y luego otro del catalán apretaron el partido. Los triples de Carter y Ejim permitieron finalmente el empate (30-30) después de una notable mejoría en defensa. El Unicaja era otro y trataba de correr cada vez que podía, aunque no tuvo demasiadas oportunidades porque el Galatasaray se replegaba bien. Probó Ibon Navarro entonces con esa fórmula que tanto le gusta colocando a Osetkowski de cinco para abrir todavía más el campo. Al californiano le dio tiempo de meter un triple y hacer una antideportiva, en una de sus ya habituales desconexiones. Aguantó el conjunto turco la oleada gracias a la calidad de Cummings y los errores del Unicaja, algunos infantiles como un campo atrás en pleno contragolpe... El paso adelante del Galatasaray, con triples de Palmer y Geyik, descompuso al equipo malagueño, que llegó al descanso con malas sensaciones y perdiendo 45-54.

El descontrol de los árbitros en una sucesión de decisiones calamitosas aturdió todavía más al Unicaja en el arranque de la segunda parte, hasta el punto de que llegó a estar doce abajo con Cummings tirando de experiencia para los turcos (47-59). En cuanto se centró, el equipo malagueño hizo un trabajo de pico y pala en defensa para volver sacando partido a los tiros libres. Llegó a colocarse a dos del Galatasaray (59-61), pero no completó la remontada por culpa de un par de pérdidas que dieron un respiro a su rival. Los triples de Tuncer y Blumbergs, este último sobre la bocina fueron dos puñaladas que obligaron al Unicaja a seguir remando (66-72).

El Unicaja llevaba 30 minutos por detrás en el marcador y tenía diez para remontar en el encuentro más complicado que ha tenido en la Champions en los dos últimos años. La presión era máxima y cada equipo trataba de imponer su ritmo. El turco quería anestesiar el juego con sus manejadores y lo cierto es que lo consiguió exprimiendo cada posesión con canastas al límite de Young, Izundu y Blumbergs, este con otro triple mortal desde la esquina (77-82). Había que seguir remando y el Unicaja no desfalleció hasta remontar. Lo consiguió con un gran trabajo de Ejim sobre Wallace y el acierto de Osetkowski. A falta de 2:56 para el final lograba ponerse por delante por primera vez después de un tiro libre de Kravish (88-87). A partir de ese momento la intensidad del Unicaja decantó definitivamente el partido hasta sentenciar con dos triples de Pérez y Carter.