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Cuando a principios de marzo Plaza habló en una rueda de prensa sobre las molestias de Shermadini en su pie izquierdo, el entrenador se ponía en lo peor, que era perder al jugador ocho semanas. Parecía un diagnóstico demasiado negativo, pero después se confirmó que el pívot tenía una fractura por estrés del cuarto metatarsiano y el que el periodo de baja no iba desencaminado. Perdía el Unicaja a su hombre más valorado en la Liga Endesa y a su gran referencia interior.
Ayer, mes y medio después de que se hiciera oficial su baja, Shermadini se entrenó por primera vez con sus compañeros. Se le vio sonriendo y contento por volver a sentirse uno más, pese a que trabajó a menor ritmo que el resto de los jugadores y en situaciones sin contacto. Ha pasado mes y medio, por lo que el jugador está dentro del plazo previsto. Para él ha empezado la cuenta atrás, ya que esta semana será de toma de contacto y se espera que el jugador pueda estar disponible para el partido de la próxima semana, el domingo 6 en la pista del Gran Canaria. Si no hay contratiempos, el georgiano jugará esos tres o cuatro partidos que reclamaba Plaza antes de que empiecen las eliminatorias por el título de la Liga Endesa. «Eso sería lo ideal», decía recientemente el técnico del Unicaja, que admitía que estaba tratando de ganar tiempo para que el jugador llegue a un nivel óptima a los 'play-off'.
Shermadini se ha mostrado desde el primer momento muy optimista con su recuperación, pese a que se trata de una lesión bastante molesta, especialmente para un hombre de 2,16 de altura y más de 110 kilos de peso.
Tras semanas trabajando a diario en el gimnasio del Palacio de los Deportes y recibiendo tratamiento de los fisioterapeutas del club, ahora ha empezado a tocar balón, lo que siempre es buena señal. Su último partido fue ante el Estrella Roja, el 2 de marzo (jugó sólo 9 minutos porque ya tenía dolores) y desde entonces se ha perdido 15 partidos del Unicaja, con un balance de ocho victorias y siete derrotas para el cuadro malagueño. Si consigue coger confianza y ritmo competitivo para los 'play-off' será un refuerzo de lujo.
Una vez que Shermadini tenga el visto bueno para volver a competir, el Unicaja tendrá que hacer frente a otra decisión que afecta a su sustituto, Livio Jean-Charles. El francés llegó al Unicaja a mediados del mes pasado con un contrato temporal de dos meses prorrogable hasta final de temporada. El club puede optar por ampliar en mayo ese acuerdo y seguir contando con el jugador. Al no tratarse de un pívot puro, es compatible con Shermadini, aunque habría que dar de baja a otro jugador comunitario. «Si Gio se recupera, él podría quedarse ocupando la plaza de otro jugador», dijo Plaza cuando llegó el francés.
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