Golpe de autoridad del Unicaja en Murcia (66-74)

Las semifinales siguen cuesta arriba, pero el Unicaja quiere más. Ha vuelto a recuperar sensaciones. Sabe que está en su mano ganar las dos próximas citas (domina en un 5-2 a su rival en los precedentes de este curso), y tiene más elementos para la rotación, aunque ayer el descarte fuese obligado por un proceso viral de Lima, fuera por segundo choque seguido. Este lunes (20.30 horas), más, y si fuera necesario un quinto partido, el miércoles (20-30) en el Carpena.

El Unicaja, que salió con un quinteto con más amenaza exterior, invalidó las defensas zonales del UCAM Murcia en muy poco tiempo. El partido comenzó con un 0-15, y no era tenis, sino baloncesto. El cuadro malagueño metió cuatro de sus cinco primeras posesiones y su rival falló los cuatro primeros tiros, de manera que ya puso una raya enmedio. Sólo se vio ir ganando a un equipo. Con Osetkowski muy enchufado, los mates de Sima y un rival que no es que tuviera tiros precipitados (llegó a fallar cuatro bandejas fáciles antes del descanso), pero al que pareció pesarle esta vez sí la presión, verse tan cerca del mayor logro de su historia, una final de la Liga, con la grada muy abarrotada ya desde una hora antes del partido y una gran lona mostrada en recuerdo de José Luis Mendoza (factótum de la UCAM).

El caso es que sólo metió dos canastas en juego en el primer periodo. Para el inicio del segundo cuarto, el Unicaja, muy intenso en la actividad defensiva, ya ganaba en el rebote por 7-16, y un uno más uno de Thomas colocaba la máxima ventaja, de más 18 (9-27, triplicando al rival).

Entonces el partido dio un giro y el UCAM Murcia intentó meterse en la pelea. Entraron tres triples seguidos (de Sant-Roos, Radebaugh y Caupain) en transición (18-29), que molestaron a Ibon Navarro, hubo también cierta precipitación en el ataque cajista y se vio un parcial de 2-13 (22-29) que parecía resucitar la pesadilla colorada. El Unicaja sólo había anotado cuatro puntos a poco más de tres minutos del final de este segundo periodo, pero de nuevo Osetkowski y Sima, los más enchufados en ataque, devolvieron una cómoda renta al descanso (24-39), que incluso pudo ser mayor, aunque el de San Diego se inventó un pase a lo largo de toda cancha hacia Taylor, que no pudo recepcionar, improvisando sobre lo hablado en el tiempo muerto a 3,2 segundos del intermedio. El 11% del UCAM en tiros de dos en ese momento era realmente preocupante.

Por otro lado, 24 de los 32 puntos del Unicaja llevaban la firma de Sima y Osetkowski, pero el equipo necesitaba más aportación de otros hombres. Máxime cuando el UCAM trató de hacer otro acercamiento, con un 8-0 de salida tras el descanso, con la resurrección de Sleva (32-39). Pero la muestra de la madurez del conjunto malagueño quedó patente en su buena respuesta cada vez que se veía exigido. Un triple de Carter precedió a una exhibición de Perry en toda regla, con 11 puntos y tres triples, además dándole un ritmo de vértigo a las transiciones del Unicaja, en un partido tedioso en su avance por las incontables revisiones en el Instant Replay.

La renta se fue por encima de los veinte puntos. Parecía ya momento de que el cuadro local guardarse energías para la cuarta entrega de la saga, pero su pundonor hizo que amagara otra vez con entrar en el choque, tras un triple de Sant-Roos (59-69), a cinco minutos del final o con otro de Caupain a dos minutos (64-72). Faltaba aguantar la situación con sangre fría y comprobar si este golpe de autoridad tiene continuidad el lunes para, entonces sí, devolver el facor cancha al Unicaja.