El Unicaja pierde contra el Sassari y recibe un aviso cara al futuro en la Champions

Sin la oposición que encontró en la defensa del cuadro azulgrana el domingo, el cuadro cajista imprimió un alto ritmo al partido a la velocidad que marcaba Perry. El Sassari fue incapaz de frenarlo y tampoco la defensa es uno de sus fuertes. Así que el partido fue un monólogo cajista desde el comienzo. Barreiro aprovechó la oportunidad que le daba Ibon Navarro y firmó los primeros once puntos del equipo. Los logró sin fallo. Ya viene jugando bien el gallego en los últimos encuentros, así que más competencia para la rotación. El Sassari sólo pudo respirar ya al final del cuarto, cuando las rotaciones alteraron el orden del Unicaja (22-7).

Ibon Navarro dio descanso a Alberto Díaz y Djedovic, primero, y Brizuela, después, asumieron la dirección del equipo. Esto permitió al cuadro italiano relanzar su ataque por medio de Stephens y Bendzius para cerrar el primer cuarto 28-21.

Pero como se indicó antes, el Sassari carece de la identidad para competir ante el actual Unicaja, al menos en dureza. Así que aunque el alero lituano seguía anotando con clase y de tres en tres, las pérdidas y despistes defensivos de su equipo daban oportunidades fáciles al cuadro malagueño para anotar. La renta local volvió a dispararse (45-30) con un par de contragolpes que castigaron los errores italianos. Con el partido a baja revoluciones y una ventaja clara, la relajación del Unicaja la aprovechó su rival para maquillar antes del descanso (50-39). Daba la sensación de que en cuanto el Unicaja quería apretar, se escapaba sin oposición.

El partido parecía decantado, pero el Unicaja cometió el error de relajarse en exceso. El final de los primeros veinte minutos ya apuntó una mejoría del Sassari, algo que se confirmó tras el descanso. El conjunto italiano se mostró más sólido en defensa y, lo más destacado, muy acertado en ataque. Los triples de Kruslin y la insistencia de Jones le permitieron volver al partido hasta el punto de empatar a 63 en el minuto 27. Ibon Navarro no paró el partido, pero echó manos de los obreros. Kalinoski, Djedovic, Ejim y Lima endurecieron el partido. Varios robos permitieron canastas rápidas al contragolpe y el equipo malagueño salió del entuerto (70-63 minuto 30).

Cometió el error el equipo malagueño de no mantener esa tensión defensiva, aunque lo peor estuvo en la parte ofensiva. Malos tiros, precipitación y falta de acierto fueron dando vida a un rival que ya había demostrado que podía competir. El partido había cambiado por completo. Sufrió el Unicaja con Jones y Stephens, dos pívots rápidos y atléticos, pero también para parar los triples de Kruslin y al veterano Robinson. A falta de cuatro minutos, el Sassari volvía a darle la vuelta al partido (73-80). A partir de ahí, el Unicaja perdió el norte. Su defensa dejó muchos huecos, algo poco habitual. Jones y Bendzius certificaron el triunfo visitante.