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Jaime Fenández bota el balón mientras Abromaitis le pide el balón rodeado de contrarios. ÑITO SALAS

El Unicaja se complica jugar la Copa tras perder ante el Betis en un partido rocambolesco

Después de ir perdiendo durante todo el encuentro, el cuadro malagueño logró forzar la prórroga, pero no supo cerrar la victoria y se vio sorprendido por un rival que jugó mejor (111-114)

Martes, 29 de diciembre 2020

El Unicaja se aleja de la Copa del Rey. El equipo malagueño volvió a pinchar estrepitosamente en casa, esta vez ante el Coosur Betis ( ... 111-114) en un encuentro rocambolesco que se decidió después de una prórroga en la que el cuadro malagueño no supo cerrar el partido. Quizá habría sido hasta injusta la victoria cajista, a tenor de lo visto en los cuarenta minutos previos al tiempo añadido. El Betis sacó de la pista a un Unicaja blando hasta la desesperación, con graves carencias y que no parecía ser consciente de que se estaba jugando disputar la Copa del Rey. Sólo la relajación del conjunto visitante permitió una prórroga a la que el Unicaja llegó gracias al recital de Jaime Fernández que firmó un partido brillante (25 puntos y 10 asistencias). Tras esta derrota, la cuarta consecutiva, el conjunto que dirige Luis Casimiro se obliga a ganar los dos partidos que le quedan hasta el corte copero, y no lo va a tener fácil porque tiene que jugar ante el Burgos y el Baskonia.

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No hizo falta esperar mucho para comprar la fragilidad de la defensa del Unicaja ante un Betis que movía perfectamente el balón y anotaba todo lo que lanzaba. El equipo malagueño se vio perdiendo 3-11 en un abrir y cerrar de ojos. Por suerte, su intensidad atrás creció, lo que unido a la dirección de Jaime Fernández le permitió igualar el buen juego del conjunto visitante, que buscaba a constantemente a sus pívots para, desde ahí, generar ventajas para su línea exterior. El madrileño repartió cinco asistencias seguidas que reactivaron el hasta entonces pobre ataque cajista. El Unicaja completó la remontada precisamente con una canasta de Fernández (21-17), pero el partido era un intercambio de canastas que en absoluto le beneficiaba.

La peligrosa línea que cogía el partido se acentuó en uno de los peores cuartos que se le han visto al Unicaja en lo que va de temporada. En un encuentro de idas y venidas, el Betis aprovecha las increíbles concesiones en defensa: jugadores que le daban la vuelta a su defensor, ayudas a destiempo, poca intensidad... Tras un intercambio de triples y el partido equilibrado (36-37), el equipo que dirige Casimiro encajó un parcial de 1-11 liderado por Feldeine, Campbell y Randle. El Betis, que no llega a los 70 puntos por partido esta temporada, le había metido 48 al Unicaja en 17 minutos. El ataque del Unicaja se reducía a tiros lejanos y penetraciones entre una maraña de brazos que no iban a ninguna parte. Como no tenía referencias interiores válidas para acercar el balón al aro, cada canasta era un suplicio. El Betis tuvo una ventaja de12 puntos y llegó al descanso 44-54.

Por desgracia para el cuadro malagueño nada cambió en la segunda parte. Es cierto que con 46-61 reaccionó para meterse en el partido. Fue un parcial de 10-0 liderado por Jaime Fernández, pero no tuvo continuidad. El Coosur Betis tenía claro a qué jugar. Su defensa asfixiaba a los exteriores del Unicaja y ataque Ndoye era imposible de parar por los pívots locales. El equipo sevillano no tardó en recuperar su ventaja con un buen baloncesto mientras el Unicaja mostraba síntomas preocupantes. Los últimos minutos del tercer cuarto fueron de absoluta descomposición, sin saber cómo atacar y hundiéndose en defensa (70-82).

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La desesperación y los nervios afloraron en el Unicaja, que mostraba pocos recursos para enjugar la renta visitante. Mejoró su intensidad, pero no como para volver al partido. Sus problemas con el juego interior se escenificaron en una jugada cuando con 76-86 Gerun enfilaba la canasta para machacar y el balón se le escurrió de las manos. Acto seguido, Abromaitis se la pasó debajo del aro y le volvió a pasar lo mismo... Casimiro lo sentó de inmediato. Visto lo visto, el único recurso eran los triples. Llegaron dos de Ferrari y Alonso, su primero en un mal encuentro, pero ya era un quiero y no puedo. El Betis buscaba a Ndoye, al que en algunas veces hacían falta hasta tres jugadores para frenarlo (83-91), minuto 36:30). El senegalés estuvo soberbio y, cuando no anotaba, recibía falta y transformaba los tiros libres. Ese fue el sustento del Betis de ahí al final del partido. El encuentro sólo podía perder el Betis. El Unicaja apretó y un triple de Abromaitis le hizo creer en la remontada (88-93). Plaza paró el partido, reordenó a los suyos y Campbell pareció matar el partido con un triple a 1:46 para el final (88-98). Cuando en el banquillo sevillano celebran la victoria, el Unicaja no había dicho la última palabra. Anotaron Guerrero y Abromaitis y fue clave una acción de Brizuela, que recibió falta y falló el adicional. El rebote lo cogió Abromaitis y anotó. El Unicaja se ponía 96-98 a 30 segundos para el final. Al Betis lo devoraban los nervios. El miedo a ganar que se llama. Al que no le tembló el pulso fue a Jaime Fernández que empató el partido y forzó la prórroga.

El base madrileño continuó con su recital con un triple y el partido se le ponía de cara a su equipo después de otra canasta de Brizuela, que anotó además el adicional. El Unicaja ganaba 106-100 y parecía que tenía el encuentro controlado, pero empezó a jugar con el tiempo demasiado pronto. El Betis aprovechó esa relajación para recuperarse. A falta de 53 segundos, Feldeine ponía por delante al equipo sevillano con un triple (111-112). Esta locura de partido sólo podía tener un final y fue con fallo del Unicaja. Con once segundos por delante, Jaime Fernández le pasó el balón a Francis Alonso y a este se le escurrió de las manos. En esa pelota que salía por la banda iban buena parte de las opciones del Unicaja de jugar la Copa.

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