El Unicaja se pone serio en el Torneo Costa del Sol

Para empezar Katsikaris ordenó un quinteto inicial con Norris Cole, ya más entonado, y que se puede parecer mucho al que se repita en la competición, junto a Brizuela, Bouteille, Abromaitis y Eric, a los que mantuvo más de cinco minutos. Pese a los problemas que le generó Rojas inicialmente a Bouteille, un parcial de 11-2 de los locales les dio cierta ventaja al fin del primer cuarto, con sensaciones ya muy positivas de Nzosa, taponando y haciendo un mate, y generosidad en todo el equipo a la hora de compartir el pase en ataque, algo en lo que el técnico griego pone mucho énfasis.

Sin embargo -ya lo explicó Katsikaris-, la palabra clave es «solidez». Fue la que tuvo el Unicaja, más rocoso aún en el segundo cuarto y permitiendo sólo siete canastas al rival, entre ellas un 3+1 de Taylor y otras acciones de tres. Apareció al fin Guerrero en el partido, con minutos de calidad y taponando, reboteando y anotando, todo en el 'pack'. Cada vez que el UCAM Murcia atacaba la exigencia del griego a los suyos era espectacular y analizaba en cuclillas cada actuación defensiva.

El choque llegaba muy igualado al descanso (38-35) merced a cuatro puntos seguidos de Bouteille después de que el UCAM le diera la vuelta momentáneamente al tanteo y un tiempo muerto en la pista. Cierto atasco ofensivo local impedía una ventaja mayor, porque no estaba defendiendo nada mal el Unicaja.

Nada cambió tras el descanso. Al Unicaja le costaba sangre, sudor y lágrimas anotar, en especial cerca del aro. En los primeros nueve minutos del tercer cuarto, sólo una canasta, la de Nzosa. El resto, triples o tiros libres. Suerte que el cuadro malagueño tenía puesto el candado atrás, pese a jugar sin Eric (con tres faltas), para regocijo de su entrenador, pero el choque estaba trabado, muy igualado y poco atractivo. Jaime Fernández y Taylor ponían la escasas notas de talento ofensivo en cada uno de los equipos.

La buena defensa que continuaba del Unicaja apenas concedía canastas. Primaba el recurso a la zona de tiros libres. El UCAM se llegó a colocar arriba en el tanteo (62-63, a 4:24 del final) por primera vez desde el inicio del tercer cuarto, y ya no lo hizo a más. El cuadro malagueño subió una marcha más a su intensidad y alcanzó seis puntos de renta (70-64), una mina tal y como se desarrolló el duelo, que se igualó al final por una concatenación de errores: un gancho sin tino de de Eric, un 1+1 desperdiciado por Brizuela, una pelota que le rebota en el talón al donostiarra para dar la posesión al UCAM, un rebote providencial de Webb y un triple de Davis para el 70-68 a 1:02 del final. Un canastón de Cole y un rebote clave de Eric amarraron ya sí la victoria y el trofeo. Puede ser lo de menos. Lo de más es lo que se ve. El Unicaja se ha puesto muy, muy serio. Otro estilo.