El Unicaja no termina de creérselo en Tenerife

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Katsikaris: «Nos tiene que doler la derrota»

ADG

El uno a uno de los jugadores del Unicaja

Juan Calderón

El arranque del partido no hacía presagiar nada bueno porque Shermadini campaba a sus anchas y el Unicaja estaba obcecado en lanzar sólo de tres. Como el cuadro malagueño no anotaba ni una canasta desde la larga distancia, se vio perdiendo 9-2 a las primeras de cambio. La brega de Barreiro le permitió agarrarse el partido. El gallego era el único que anotaba en medio de las dudas de su equipo. Sus puntos y por fin el primer triple permitieron la remontada con un parcial de 0-8. Fue algo efímero, porque la aparición de Huertas en el partido lo cambió por completo. El brasileño conectó perfectamente con Guerra y el Unicaja pasó a perder 20-11. El juego de los de Katsikaris carecía de ritmo, también de circulación -sólo dos asistencias- y como los porcentajes eran pésimos (5 de 14 en tiros de campo), el 20-15 con el que se cerró el primer cuarto se puede considerar hasta positivo.

Uno de los principales objetivos del Tenerife era frenar a Jaime Fernández y en cierto modo lo consiguió, porque el madrileño no anotaba con tanta facilidad como el domingo pasado ante el Obradoiro. A pesar de todo, su calidad apareció para equilibrar el partido con dos asistencias y una canasta nada más comenzar el segundo cuarto (22-22). Sin embargo, el juego del Unicaja no lograba continuidad. Las excesivas pérdidas (11 en la primera parte), lastraron su juego, por mucho que su rival no lo terminó de aprovechar con un pésimo porcentaje en triples (2-13). Fallos poco habituales en uno de los mejores equipos de la Liga desde el 6,75. El partido no fue vistoso, pero el Unicaja, sin jugar bien creaba muchos problemas a un rival al que se le veía incómodo (38-34, min. 20)

La puesta en escena del Unicaja tras el descanso fue sorprendentemente mala. Como siguió regalando balones, ahora sí que los aprovechaba el Tenerife, que con un parcial de 9-0 y anotando de tres se colocó 47-36. Huertas controlaba de nuevo el partido por completo y el Tenerife amenazaba con escaparse. Fueron los peores momentos del Unicaja, que se encontró con muchos problemas para anotar y se mantuvo a flote a base de tiros libres. Aguantó como pudo, con algún destello defensivo del dúo Nzosa-Díaz y pudo llegar con vida al último cuarto (61-54).

No fue capaz de reaccionar en los momentos decisivos. La combinación del trío Shermadini, Huertas y, sobre todo, Fitipaldo, fue demasiado para el Unicaja. Entre los tres fueron encarrilando la victoria tinerfeña ante un Unicaja timorato, de nuevo irregular y dando demasiadas concesiones al rival. El choque lo decidió el base uruguayo del Tenerife, que desarboló a Cole y se fue hasta los 31 puntos con 5/7 en triples. Los triples finales hicieron soñar al Unicaja con la victoria, pero le faltó la convicción que parece tener el cuadro canario casi por inercia. Incluso jugando mal, como esta vez, gana.