El Unicaja vivió en sus carnes la crueldad que a veces tiene el baloncesto. Una canasta en el último suspiro de Chris Kramer dio al ... traste con el esfuerzo y, por momentos, buen baloncesto del equipo malagueño (79-80). El estadounidense anotó rodeado de defensores cajistas para darle la victoria al Gran Canaria. No supo cerrar el conjunto de Katsikaris un partido en el que fue de menos a más, pero en el que dependió de los triples y en el que gestionó muy mal los últimos minutos. Una mala decisión de Norris Cole con un fallo a falta de siete segundos acabó en la canasta de Kramer. Si el jueves ante el Tenerife se echó en falta más dureza y capacidad de competir, esta vez se repitieron ciertos errores que seguramente el Unicaja corregirá con el tiempo. De momento, esa canasta de Kramer escuece mucho. Parece que el conjunto malagueño está en el buen camino, pero no está maduro todavía. Se pudo ver el jueves en Tenerife y también anoche. A un equipo rodado y engrasado, no se le habría escapado esta victoria.
El dominio interior del Gran Canaria marcó el comienzo del partido. Kalifa Diop era el finalizador de los buenos ataques elaborados por sus compañeros. El joven pívot del cuadro insular impuso su físico para colocar por delante a su equipo, que además dominaba defensivamente a un Unicaja falto de ideas. La intensidad visitante descolocó a los de Katsikaris, que concedían demasiadas canastas y que llegaron a perder 11-18. Trató de reconducir la situación el técnico griego apostando por un quinteto más defensivo, pero la entrada de Pustovyi en el partido permitió al conjunto visitante seguir dominando (15-20, min. 10) sin demasiados problemas.
Unicaja 79
Gran Canaria 80
ESTADISTICAS DEL PARTIDO
El ucraniano, ex del Barcelona y que pudo llegar a Málaga en verano, tuvo alguna complicación con Nzosa, que firmó un mate espectacular, pero acabó imponiendo su peso y sus 2,19. El Unicaja seguía encontrando demasiados problemas para anotar, en parte porque no le entraban los triples. Abromaitis aprovechó su polivalencia para evitar que el Gran Canaria, que llegó a ganar por nueve puntos se escapase. El pique de Jaime Fernández con los árbitros hizo despertar al Unicaja, que mostró más mordiente, aunque no se tradujo en una reacción que le permitiese voltear el marcador. A pesar de que el juego colectivo no era bueno, en calidad individual el equipo malagueño ganaba a su rival. Las apariciones de Bouteille y de nuevo Abromaitis equilibraron algo el encuentro al descanso. Los 34 puntos anotados por el Unicaja evidenciaron los problemas que tuvo para encontrar la canasta visitante y, aunque su juego carecía de fluidez, sólo perdía de cuatro puntos (34-38).
La presencia de Alonso en el quinteto inicial de la segunda parte confirmaba la apuesta de Katsikaris por la defensa. El malagueño fue protagonista en un par de acciones que sirvieron para empatar el choque. Le penalizaron al Unicaja las pérdidas para completar la remontada, pero era evidente que su actividad era otra; mucho mejor. Además de la defensa, lo que cambió por completo el partido fue que entraron los triples. Cuatro aciertos de cuatro intentos pusieron al Unicaja por delante (57-52, min. 27). Bouteille y Jaime Fernández lideraron el bombardeo de un equipo que ahora sí circulaba bien el balón hasta encontrar el tiro liberado. Pleno de acierto, el conjunto cajista enfiló el último acto ganando 62-57 y con unas sensaciones totalmente diferentes con las que comenzó la segunda mitad.
El buen partido de Salvó, el mejor del Gran Canaria, mantuvo a su equipo en el partido con 14 puntos. Al Unicaja le seguían entrando los triples y ahora se aprovechó de que la defensa visitante se preocupaba más de los tiradores para meterle algún balón, que no muchos, a Eric (71-65, min. 34). El juego cajista ganaba en equilibrio, pero todavía no le daba para romper el partido. No acertó a hacerlo y le empezaron a llegar los problemas, principalmente porque no encontraba la fórmula para frenar a Slaughter, que a falta de tres minutos ponía por delante a su equipo (73-74). Aunque Jaime Fernández firmó dos genialidades que volvieron a poner por delante a su equipo, el cuadro cajista no supo cómo resolver la última posesión que tuvo. Cole, picado con Slaughter, se olvidó del sistema que marcó y se jugó un mano a mano con el 'polaco'. Su tiro no entró. Quedaban siete segundos y Kramer, en el último aliento del partido, logró la canasta ganadora para su equipo.
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