El Unicaja también hace el ridículo en Murcia

No hubo sorpresas en el comienzo del partido y la intensidad del Murcia marcó por completo el ritmo al que se jugaba. El Unicaja aguantaba porque los porcentajes de los locales eran bajísimos, pero no supo aprovecharlo para mandar en el encuentro. Con un dominio total del rebote ofensivo con acciones de hasta tres rechaces, el UCAM fue poco a poco dominando al Unicaja y eso que acumuló un 1/9 en tiros de tres en el primer cuarto. El parcial de 12-4 con el que se cerraron los primeros diez minutos (16-12) fue un adelanto de lo que llegaría después.

La intensidad del Murcia, que de por sí ya era grande, se elevó todavía un poco más y, para colmo, ahora sí que tenía acierto desde la línea de tres puntos. Pasó de no anotar nada a enlazar un 7-9 en triples que hundió por completo al cuadro malagueño. Más allá de la eficacia en el lanzamiento de los locales, lo que realmente desniveló el choque fue la defensa del Murcia, que literalmente se comía al Unicaja. Era un juego de hombres contra niños sonrojante y vergonzoso. Sin el recurso de Brizuela (2 de 11 en tiros en la primera parte), sólo Jaime Fernández fue capaz de anotar. El Unicaja no tenía ideas, carecía de juego colectivo y mejor no hablar de la actitud defensiva... El resultado fue un demoledor 46-24 al final de una primera parte desconcertante de un equipo que no se había enterado de que se estaba jugando la clasificación para el 'play-off'.

¿Por dónde pasaban las opciones del Unicaja para ganar el partido después de lo visto en los primeros 20 minutos? Sólo sería posible con un cambio radical y eso es complicado. De entrada, Brizuela afeó todavía más su actuación con dos faltas absurdas para llegar a la cuarta en el arranque de la segunda mitad. Ese no era el camino. El Unicaja trató de jugar duro, pero es difícil cambiar de estilo en sólo unos segundos. Sí se vio mejor actitud y más actividad defensiva. Pero lo que cambió el ritmo del encuentro fue la fluidez ofensiva y el hecho de que al Murcia ya no le entraban los triples. Sin Brizuela en la pista alguien tenía que dar un paso adelante y fue Thompson. El estadounidense, jugando de cinco, explotó su versatilidad con tiros de larga distancia, palmeos y buena lectura de su ventaja. El cambio del Unicaja no fue radical, pero sí notable y esto permitió ir reduciendo la ventaja del Murcia hasta el 57-45 con el que se cerró el tercer cuarto.

La distancia era grande, pero ya no abismal como al descanso. El Unicaja estaba obligado a seguir remangándose, pero no lo hizo. Bajó la intensidad y el Murcia lo aprovechó a la perfección para volver a ampliar su renta de la mano de Bellas, que supo ponerle pausa al juego de su equipo. La renta local volvió a los 20 puntos (70-50) a siete minutos del final. En unos instantes el Unicaja tiró a la basura el buen trabajo hecho en el cuarto anterior. Y a partir de ahí, al conjunto malagueño ya sólo le quedaba salvar el 'average' con el Murcia pensando en un posible empate al final de la fase regular.