La trituradora del Unicaja no se apiada ni del vecino (62-90)

Dio igual que este Covirán actual sea un equipo más que reforzado en relación al del inicio del curso. En una evidente huida hacia adelante, en una carrera rearmamentística paralela a las del Breogán y Obradoiro por eludir el descenso, con los galones y el saber hacer de Rousselle, Wiley o incluso de un Barton al que contemplan casi 700 partidos en la NBA y que debutó este sábado en el baloncesto europeo. Todos ellos más Valtonen y Dime han llegado con la competición más que comenzada.

Sin embargo, en pocas fases del choque se temió realmente por el resultado. El Unicaja sigue ahí avasallando a la mayoría. Lleva sólo tres derrotas a domicilio, cerca de batir otro récord historico en una fase regular, porque en la mejor de sus campañas al menos perdió en cuatro salidas.

Y eso que no entró con la mejor tensión en el partido el cuadro malagueño, que no colapsaba del todo la zona y permitía penetraciones locales sencillas. Además abusó en exceso del tiro exterior, para colmo sin acierto, lo que generó incluso algunas desventajas, como ese 13-7 que obligó a Ibon Navarro a pedir su primer tiempo muerto, justo cuando los verdes llevaban un pobre 2/11 en tiros de campo, apenas sostenidos por Djedovic, el más eficaz.

A raíz de ahí el Unicaja impuso su jerarquía. Se puso las pilas y de qué forma. Del 15-9 se pasó a un 15-26, en un increíble parcial de 0-17, difícil de ver en la Liga Endesa. Subió la intensidad defensiva y la agresividad en ataque del equipo, al que le vino bien la presencia de Alberto Díaz. Al Granada, que se fue al descanso del partido con la friolera de trece pérdidas, le empezaba a pasar factura esta faceta, el fruto de que su rival habia puesto una marcha más, y aunque el acierto exterior no acompañaba en especial, las huestes de Ibon Navarro cargaban bien el rebote ofensivo y se beneficiaban del número mucho mayor de faltas de los locales. Además, apareció Osetkowski, con cinco puntos seguidos, para cerrar el primer cuarto con 15-18 y de ahi a otro gran inicio de segundo parcial en el que el Covirán tardó varios minutos en anotar. Taylor y Carter (para el citado 15-26) anotaron al contragolpe y el Unicaja estaba ya en su hábitat más cómodo en los partidos. Robar y correr.

Dio igual que el Covirán tuviera una reacción exprés (21-26), porque el duelo se desató, con un ritmo más vivo que sólo favorecía al cuadro malagueño, pese a destellos esperanzadores del debutante Will Barton. El Unicaja acertó más desde fuera (dos triples de Kalinoski, uno de Carter) y se fue al intermedio con un 29-38 y generando un problema añadido en el cuadro local con las faltas de sus pívots, dos de Wiley y tres de Cheatham.

No concedió tregua el Unicaja en el inicio de la segunda parte. El tercer parcial, en el que se fue a los 30 puntos fue el que abrió la brecha definitiva ya en el partido. El Covirán se empeñaba en bajas el ritmo al duelo y soñó con la sorpresa tras dos acciones estelares de Rousselle. Un dos más uno y un triple seguidos para el 45-53. Volvió a parar el choque Ibon Navarro, y fue como despertar a la fiera.

Un parcial de 1-18 del equipo malagueño colocó ya la máxima ventaja en el partido, con 49-71, 22 arriba. El porcentaje de triples ya era mucho más aseado en los cajistas, con cuatro aciertos de Kalinoski y con Carter sumándose a la fiesta. No encontraba soluciones el Covirán, ya en los minutos de la basura, en otro periodo del que salió perdedor y llegando a ir hasta 31 abajo (59-90) muy cerca del final.

La aportación de los banquillos mostraba a esas alturas, muy cerca del desenlace un dato demoledor, los 6 puntos del Covirán por 53 del Unicaja, o ese 4-17 de puntos sumados al contragolpe o el 4-14 se segundas acciones. La rotación aplastante que maneja Ibon Navarro, de la que ayer se bajó Sima, que fue el descarte. El rodillo de un equipo que casi se asegura ya factor cancha en los 'play-off' hasta una hipotética final (le quedan ocho partidos y tendrá al menos cuatro victorias de margen sobre el tercero de la tabla).