El Covirán no pudo seguir el ritmo

Ibon Navarro siguió con las rotaciones, utilizando a los 12 jugadores antes del descanso. Esta estrategia de desgaste fue de nuevo decisiva, permitiendo a los malagueños imponer su superioridad de manera paulatina. La polivalencia en el juego y la variedad de recursos técnicos de Kameron Taylor le llevaron a tomar el relevo en la anotación, seguido igualmente por Kilian Tillie, que con 7 puntos casi consecutivos y un triple de un Tyson Pérez, que sigue ofreciendo actitud e instinto reboteador, comenzaron a abrir diferencias significativas en el marcador en los últimos minutos del cuarto.

El tercer acto empezó como terminó el segundo, con una canasta rápida del Unicaja tras un error del Granada, lo que llevó a Pablo Pin a pedir un tiempo muerto a los 20 segundos. El toque de atención surtió efecto y el Granada mejoró en defensa y desde el triple, con un Rubén Guerrero muy activo. Pese a esta mejoría, el Unicaja supo controlar el empuje de su rival, gracias a su concentración defensiva y a la eficacia para detener a Clavell, máximo referente ofensivo granadino. El parcial del cuarto terminó solo con un punto de diferencia a favor de lo malagueños.

Con el partido prácticamente decidido, el último cuarto fue una lucha por mantener la concentración. Pablo Pin trataba de evitar que sus jugadores se desmoronaran ante un rival superior en todos los aspectos, mientras que Ibon Navarro intentaba que su equipo no bajara la intensidad, cerrando el partido con autoridad.

El Unicaja, sólido y superior, no dio opción a un Granada que, pese a su lucha, no pudo cambiar el inevitable destino del encuentro.