Cita con la necesidad en Fuenlabrada

Para terminar el año no pinta mal la cita de este mediodía (12.30 horas, Movistar Deportes, dial 53) en el Fernando Martín de Fuenlabrada. La necesidad manda. El Unicaja parece avergonzado metido en ese séptuple empate a siete triunfos y derrotas de una Liga ACB cada vez más igualada. Es undécimo, a tres partidos del corte para la Copa, y aunque es anfitrión de la cita y tendrá bola en el sorteo, le gustaría hacerlo como cabeza de serie –para lo que necesitaría ganar sus tres próximos partidos y esperar una carambola a muchas bandas– o, en el peor de los casos, se ve en el deber moral, de llegar al fin de la primera vuelta entre los ocho primeros.

Y de deberes morales a necesidad literal. La del Montakit Fuenlabrada, penúltimo (pero igualado a cuatro victorias con el decimoquinto) y afanado en no abandonar la Liga ACB, en la que milita desde 2005. En todo caso cabe esperar cualquier cosa de un Unicaja capaz de ganar en Vitoria, Valencia o Barcelona, pero de perder en casa ante el Estudiantes o de ser apalizado en Burgos.

Al Unicaja se le da especialmente bien la cancha del Fuenlabrada, con quince triunfos en veintidós visitas. Frente a frente, habrá dos estilos diferentes: la rotación corta local y la larga de los de Luis Casimiro. En el cuadro madrileño el morbo lo pone la presencia fantasmal de Francis Alonso, cedido por el club malagueño, al que una lesión de tobillo y la desconfianza posterior de 'Jota' Cuspinera sólo le ha dejado jugar quince minutos en lo que va Liga. En un Fuenlabrada gafado en el capítulo de las lesiones, con numerosas altas y bajas, resulta sintomática la escasa confianza depositada en el escolta malagueño. Ante la rotura fibrilar reciente sufrida por Urtasun, ha llegado el alero norteamericano del Limoges Anthony Brown, que podría debutar hoy, y este tipo de movimientos (se recurrió a Sergi Vidal y, recientemente, a Scott Wood, y se dio la baja a Liggins y está lesionado Karvel Anderson) se han repetido sin dar la alternativa a Alonso, que lleva un mes entrenándose con normalidad.

El Fuenlabrada se apoya en el alero excajista Eyenga (con 11,5 puntos, 3,9 rebotes y 9,9 de valoración, y hay allí otro ex del equipo malagueño, Rowland), en el base Bellas (11,4 puntos, 3,5 rebotes, 4,8 asistencias, 14 de valoración), en el escolta Marc García (11,1 puntos y 10,4 de valoración) o en el ala-pívot Gillet (7.9 puntos, 4,8 rebotes y 6,8 de valoración) frente a un Unicaja en el que ha vuelto a la expedición Melvin Ejim, aunque es poco probable que juegue. Hay quien cree incluso que su esguince de tobillo ha ordenado de forma fortuita los roles en la plantilla de un modo más lógico.

El Fuenlabrada llega al partido tras encadenar cinco derrotas consecutivas y es el tercero de la competición que más faltas recibe por encuentro (22), además del tercero que más mates ejecuta (tres). Pese a sus pobres resultados, Alberto Díaz, que cumplirá hoy su partido 200 en la Liga ACB, desconfió de sus ex. «El partido es muy complicado. Creo que va a ser una batalla en todos los aspectos. El pabellón va a ser un polvorín. La liga está muy apretada, cualquier victoria significa mucho para cualquier equipo, para escalar posiciones, y ellos, como nosotros, tienen la necesidad de ganar», previno, mientras que Cuspinera ensalzó el «potencial anotador» del Unicaja al juntar a Adams y Jaime Fernández con Brizuela. «Es un equipo muy vertical en el exterior, con muy buena mano», constató.

Suceda lo que suceda, el Unicaja completa un 2019 gris, que se salda con la eliminación en cuartos de final en los tres grandes frentes del curso anterior (en la Copa, ante el Tenerife; en la Eurocup, con el Alba de Berlín, y en la Liga, con el Valencia) y el dubitativo arranque de esta campaña, aun con el equipo ya en el Top 16 en la Eurocup.