Ciento catorce puntos intolerables

Desde la llegada de Plaza al banquillo del Coosur Real Betis, el partido de anoche se esperaba con más preocupación de la que correspondería a la visita de un equipo que viene ocupando permanentemente puestos de descenso. En cuanto se produjo el salto inicial pudo comprobarse cuantas razones había para esa inquietud, especialmente porque la defensa local, muy descolocada, llegaba tarde siempre. En el primer cuarto los porcentajes fueron muy parecidos, pero el cuadro sevillano, con menos pérdidas, dominó ese parcial. En el segundo cuarto hubo más equilibrio en la distribución de las posesiones, pero el Real Betis mejoró mucho su acierto, especialmente en los triples, mientras el Unicaja que no utilizó a Thompson, su mejor atacante en el cuarto inicial, no dio la talla ni en ataque ni en defensa, a pesar de que Casimiro empezaba ya a intentarlo con tres hombres 'pequeños' y sin que Ferrari aportara nada especial.

Después del descanso, la defensa visitante tampoco era brillante y los dos equipos sumaban sin freno, algo que solo le venía bien al cuadro hispalense, que llegó al último cuarto con nueve puntos más de los que anotaba habitualmente en todo un partido. Aquello parecía perdido en el último cuarto, pero al fin el Unicaja consiguió centrarse en su trabajo defensivo, al tiempo que los rivales sintieron el vértigo de la cercanía del final del encuentro. El cuadro malagueño, cuando todo parecía imposible, encontró en la libertad de sus hombres de perímetro combinada con la aportación de Abromaitis el camino para forzar la prórroga. Ya en el tiempo extra, el Unicaja aprovechó el impulso para dibujar una aparente victoria. Curiosamente, a partido perdido, el equipo de Plaza, liberado de toda la tensión frente a una defensa que volvió a hacer agua, se tropezó con una victoria.