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El triunfo del Unicaja en el Palau Blaugrana ha podido ser el último partido de Carlos Suárez en el Unicaja. El club malagueño confirmó ayer la gravedad de la lesión del jugador madrileño, que estará entre seis y ocho semanas de baja por una rotura de fibras en el gemelo interno de la pierna izquierda. Con cinco partidos y un mes de competición por delante, parece improbable que el capitán cajista pueda volver a las pistas antes del final de la Liga ACB.
Ahora está por ver cuál será el futuro de Suárez, que el próximo 23 de mayo cumple 36 años. El de Aranjuez tiene un año más de contrato con el Unicaja, pero el club cajista tiene una opción de corte para dejarlo sin efecto. Esa compensación no es demasiado elevada, por lo que está por ver cuál será la postura de la directiva, pues no está nada claro que el madrileño esté en los planes de la dirección deportiva para la siguiente campaña.
Esta temporada ya estuvo en el alambre en varias ocasiones. No jugó en exceso con Katsikaris y parecía que la llegada de Ibon Navarro podía sacarlo de la rotación, de hecho jugó poco en los primeros encuentros del vasco como entrenador del Unicaja. Sin embargo, como ya pasado ya muchas veces, Suárez se reivindicó y fue pieza clave en varios triunfos e incluso destacó en las derrotas.
Las próximas semanas serán determinantes para ver cómo se desarrollan los acontecimientos y si los responsables del club le aclaran qué tienen pensado para él. Suárez es junto a Alberto Díaz el único superviviente en la plantilla del Unicaja que ganó la Eurocup y disputó la última Euroliga del conjunto malagueño. Es el jugador no nacido en Málaga con más partidos en la historia del Unicaja con 437 encuentros disputados y ha sido y es uno de los grandes referentes de la afición cajista por su entrega en favor del equipo.
Las dos últimas temporadas han estado marcadas por las lesiones. Como ahora, varias roturas de fibra siempre en los gemelos lo han tenido más tiempo en la enfermería que en la pista. Seguramente si hubiese estado sano, la suerte del Unicaja habría sido distinta. No es Suárez un jugador que cambie partidos por sus puntos, pero sí por su capacidad de sacrificio, algo de lo que la actual plantilla adolece. Si su etapa en Málaga llega a su fin debería ser en la pista, no vestido de paisano en la grada y tampoco precedida por un culebrón negociador.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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