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El hombre récord de los últimos nueve años en el Unicaja, Carlos Suárez (Aranjuez, 1986), aún ha de decidir qué hará con su futuro, aunque su plan es entrenarse con el Carplus Fuenlabrada para no perder la forma. A sus 36 años, quiere dejar el ... baloncesto con buenas sensaciones, y habla maravillas de la nueva plantilla confeccionada por el Unicaja, sin ningún tipo de resquemor, ya en frío, por la decisión del club de prescindir de sus servicios.
–¿Qué se plantea en este momento, jugar en la ACB o salir al extranjero?
-Me veo haciendo la pretemporada con un equipo ACB (el Carplus Fuenlabrada), y a ver si me sale alguna cosa que me atraiga. Tiene que ser algo que me guste, sea en la ACB o fuera, una nueva experiencia para disfrutar del baloncesto.
-¿Como el London Towers?
-No. Londres esta ya descartado, era una opción que se dijo, pero no.
-Pero, ¿le han surgido ofertas?
-Hay intereses de algún equipo. Al no tener ofertas, tengo que empezar a hacer la pretemporada con un equipo para estar bien, porque han sido dos años complicados, en forma de lesiones. He estado hasta ahora con el preparador personal Manu García, de la clínica Eshmún.
-Dentro de que las dos últimas campañas no han sido positivas a nivel personal para usted, suele trazar una diferencia entre la 2020-21, en la que fue encadenando varias lesiones musculares importantes, y la que acaba de terminar.
-Sí, este ultimo ha sido uno complicado. Empecé tarde. No tuve una pretemporada normal y cuando volví no tuve continuidad. Fotis (Katsikaris) se fue y llegó Ibon (Navarro) y prefirió otro tipo de jugadores. Cuando volví a jugar ante el Manresa y, 48 horas después ante el Barça me lesioné de nuevo muscularmente, pero en una zona diferente y eso me impidió ya estar en el final de la temporada.
-En el hipotético caso de que empezara la temporada deportiva sin que le llegaran ofertas atractivas, entonces, ¿se plantearía ya la retirada?
-No me planteo nada. Vivo el momento. Quiero empezar la pretemporada y sentirme jugador de baloncesto, y en cualquier momento puedo tener esa oferta que me seduzca. Quiero volver a jugar. Creo que puedo dar un mínimo un año, que es en lo que pienso, y entonces analizaría si tengo ilusión por seguir.
el unicaja
-A sus 36 años, ¿cuál es la motivación que tiene a día de hoy para seguir jugando?
-Demostrar que puedo seguir jugando al baloncesto. Es verdad que he tenido dos años complicados y no he podido mostrar una continuidad. Ahora te etiquetan y confían menos en ti a la hora de tener ofertas. Pero es el deporte en sí. Eso me pasó en la época del Real Madrid y fue cuando me hizo la oferta el Unicaja, y se ha visto lo que vino después.
-¿Entendió la decisión de tener que salir de la entidad después de nueve años?
-Es respetable. Esto es una empresa. Somos jugadores y valoran el rendimiento. Los dos últimos años no fueron buenos. Como equipo tampoco se consiguieron los objetivos. Decidieron no contar conmigo, pero ya le dije al presidente que tengo que estar eternamente agradecido al Unicaja por estos nueve años. Esto es deporte y hay que vivir el momento.
-Tiene casa en Málaga y su mujer es malagueña. ¿Se ve trabajando para el Unicaja en algún departamento cuando se retire?
-Es una decisión que no depende de mí, sino del club, que yo forme parte del organigrama. Ahora mismo sería hablar demasiado pronto. Ya lo dije cuando me despedí, que me encantaría volver. No como jugador, aunque nunca se puede descartar nada en esta vida...
-Es evidente que ha cambiado un ciclo en el Unicaja. ¿Cree que le será fácil armar ese nuevo bloque, con nueve jugadores nuevos y con una pretemporada en la que se va a trabajar sin muchos de ellos?
-Cuando hay tantos cambios es difícil acoplar a los jugadores, pero son hombres con mucha experiencia. Han jugado Euroliga e, incluso, muchos se conocen. Espero que no cueste demasiado. Hay que verlo en la cancha. Para eso está Ibon Navarro, que tendrá un trabajo para tratar de acelerar la aclimatación.
-¿Qué denominador común ve en los nombres que han llegado?
-Conocimiento del juego, talento físico. Son jugadores de alto nivel. El aficionado se puede sentir orgulloso de lo que han fichado. Hay que dar un salto con respecto a años anteriores, aunque luego la cancha pondrá a cada uno en su lugar. Creo que el Unicaja ha hecho un gran equipo.
sin resquemor
-En su rueda de prensa de despedida con el club, le pidieron hacer un quinteto con los mejores compañeros con los que coincidió con el equipo: ¿por qué eligió a Will Thomas para el 'cuatro'?
-En los equipos que ha estado, estos siempre han rendido a un gran nivel. Le pasó aquí, en el Valencia, Mónaco, Zenit. Eso habla bien del jugador. A mi modo de ver es un fichaje de relumbrón.
-¿Urgen cambiar muchas cosas en el baloncesto? Hablo de la Euroliga como club privado que invita a los participantes; de una ACB con un 29% de nacionales, de la ausencia de una categoría competitiva para que progresen los jóvenes que triunfan en campeonatos de selecciones inferiores (en Málaga tenemos un caso reciente con Álvaro Folgueiras), unas ventana FIBA sin jugadores de Euroliga ni NBA, una pretemporada que se mezcla al final con el Eurobasket...
-El principal problema es la guerra entre la FIBA y la Euroliga. Cada una tira para su lugar. Cada uno toma su parte de pastel, y eso no ayuda. Y respecto a los jugadores de formación que se van a universidades norteamericanas, eso se hacía mucho antiguamente. Eso tira mucho ahora también. Luego vuelven con una formación académica y no significa que no puedas tener una carrera deportiva importante. Es el caso de Sebas Sáiz, por ejemplo. Vino con una edad más avanzada. Y está haciendo una carrera increíble en ACB y Japón. Es respetable la decisión que se tome.
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