Secciones
Servicios
Destacamos
Su idilio con México sólo es comparable a su amor por el baloncesto, una pasión en vena inoculada en una saga mítica en Málaga cuyo apellido ilustre ya traspasa fronteras. Me imagino a Paco Alonso henchido de orgullo al ver in situ a su hijo ... Carlos coronarse campeón de Liga con el Fuerza Regia femenino días después de asistir al homenaje que le tributó la Universidad de Greensboro, en Carolina del Norte, a Francis, el ex jugador del Unicaja hoy en el Estudiantes. Sus lágrimas derramadas entre Monterrey y Chihuahua contendrían toda la melaza del éxito después de la sal vertida ante tanto sacrificio con sus vástagos. Hoy es un padre feliz, satisfecho con la carrera de su primogénito que a sus 34 años saborea por fin las mieles del reconocimiento.
Seguro que Carlos Alonso autoriza esta licencia en forma de alabanza a uno de los jugadores míticos que forjaron la leyenda del Unicaja. Porque su padre es un mito en el baloncesto, lo que él persigue ser un día en una senda correcta tras su segundo campeonato en México. Primero como ayudante de Pablo García en el Abejas de León masculino y ahora como técnico en jefe del Fuerza Regia femenino en apenas 20 meses, dos trofeos que reivindican el potencial en los banquillos que atesora la cantera del Unicaja , aunque luego no se traslade al primer equipo, a la élite en España.
Noticia relacionada
«Desgraciadamente es así. Los técnicos españoles somos más reconocidos fuera de nuestro país que aquí», esboza en una entrevista en SUR, en cuya Redacción conoce que ha sido designado como entrenador del año en la Liga por la prestigiosa Latin Basket. Su expresivo rostro que contiene unos ojos preparados para escudriñar sistemas con los que abatir al rival se ilumina en forma de sonrisa socarrona por una noticia que aunque le agrada no le altera, y continúa con reflexiones que merecen ser tenidas en cuenta.
–Abramos el debate, ¿por qué el entrenador español está más valorado en México o fuera de España que aquí?
–Eso es totalmente cierto. En México se nos valora porque hay muchos entrenadores españoles que han tenido éxito allí, pero en el mundo en general, incluso en Estados Unidos, se le tiene muchísimo respeto al entrenador español, más del que se le suele tener en tu propio país. Ahora en México hay cuatro entrenadores españoles en la Liga masculina y éramos cuatro en la Liga femenina. Eso habla muy bien del nivel del técnico español, de que confían en nosotros, la pena es que tengamos que salir fuera para demostrarlo...
–¿Y eso tiene alguna explicación?
–Vamos a ver, a nivel ACB es muy difícil meterse en la rueda copada ya por los clásicos, ¿no? Una decena de nombres como Casimiro, Plaza, Pedro Martínez, Peñarroya.... pertenecen a una rueda que no se amplía... , ahora Diego Ocampo... entonces la decisión es salir a otras Ligas que sí apuestan por los entrenadores españoles.
–¿Qué le satisfizo más, ser campeón de la liga masculina como ayudante o campeón de la liga femenina como principal?
–La felicidad es la misma, porque el objetivo es ganar y si lo logras tienes las mayores de las satisfacciones. Nunca me ha importado mi rol dentro de un equipo porque intento aportar siempre lo máximo. Eres campeón y el éxtasis es total. Ganar dos años seguidos es muy fuerte, aunque es verdad que ganar la Liga en León con el Abejas fue una sorpresa y por lo tanto fue muy especial, pero cuando ganas estás igual de contento.
–¿Un título es como refrendar el trabajo bien hecho, teniendo en cuenta que solo gana uno y hay muchos profesionales que nunca han ganado nada?
–Vamos a ver, a nivel de currículum es algo que siempre cuenta, eso no lo puede negar nadie. Pero al final lo más importante es sentirse satisfecho contigo mismo tanto por el trabajo que has hecho como por la apuesta a nivel personal o laboral, en mi caso, haberme ido a Estados Unidos o a México. Esa satisfacción o reconocimiento no te lo da un título porque hay buenísimos entrenadores que no ganan... No se puede medir todo en los trofeos, faltaría más. Pero sí es cierto que a nivel personal, más que laboral, te refrenda que la apuesta de irse a vivir fuera durante cinco temporadas produce grandes satisfacciones, te sientes más satisfecho contigo mismo.
–¿Es de la opinión de que te tienes que ir fuera para formarte y para demostrar algo?
–Desgraciadamente, el refrán de que nadie es profeta en su tierra se cumple a menudo, es real. Los de aquí no valoramos lo que tenemos. Cuando te vas fuera de Málaga te das cuenta de la gran ciudad que es Málaga y de lo bien que se vive aquí. Igual pasa con las personas, parece que tienes que irte para que te valoren. En mi caso como en el de Pablo García hicimos una apuesta arriesgada que afortunadamente a base de trabajo y también por la capacidad o por cómo nos tomamos este deporte hemos sido capaces de tener éxito. Pero que nos gustaría volver es obvio. Málaga es nuestra ciudad. Gracias a Dios, Pablo y yo estamos siguiendo nuestro camino y viviendo de lo que nos gusta.
–¿Qué pueden pensar en el Unicaja que dos entrenadores de su cantera se hayan tenido que ir lejos de Málaga para triunfar?
–Lo único que puedo decir es que creo que hay un gran vacío generacional... Recuerdo estar yo de entrenador y la diferencia que tenía con los otros entrenadores que estaban compartiendo club conmigo era abismal, y aprendías mucho de ellos. Ahora la diferencia es que hay un gran salto generacional entre entrenadores que hay de cantera o entrenadores que hay en el club con entrenadores jóvenes. ¿Creo que Pablo y yo nos hemos equivocado al irnos? No. Lo que se demuestra entonces es que Pablo y yo cuando dejamos la cantera del Unicaja acertamos. Acertamos por querer tomar estos retos, tanto yo que fui a Estados Unidos y a México, como Pablo a México. ¿Creo que el Unicaja se equivoca? Pues ya veremos, a lo mejor en un futuro, ojalá, tanto a Pablo como a mí, alguno de los dos, nos llegue una oferta del Unicaja. Eso hablaría bien del Unicaja, ¿no? Si no lo hacen, pues ¿quién dice que se equivoca o no se equivoca? Lo que sí creo es que muchas veces hay que apostar por gente joven. O sea, tú ves cualquier cuerpo técnico, el de Valencia por ejemplo, y hay un asistente que es de mi generación. Creo que al final tienes que mantener vida. En cualquier empresa o club tienes que mantener gente joven que empuje, que te haga ser mejor y que te haga plantearte cosas nuevas, etc. Al igual que tú como entrenador buscas que tu staff no sea estático, no sea lo mismo un año sí y otro también, intentas que haya inyecciones de energía o inyecciones de gente nueva.
–¿Cree que se verá algún día la apuesta del Unicaja por un técnico malagueño o de la cantera?
–Debería, pero no por nada, sino porque creo que hay calidad. Por ejemplo, ahora han hecho la apuesta por Javi Pérez en el femenino. Me parece de chapó. Javi Pérez también lo ha demostrado, ha quedado campeón de España un par de veces, ha hecho grandes resultados. Igual que en el femenino sí se ha hecho esa apuesta, en el masculino no se ha dado ese salto. Lo de Javi me parece un acierto, ojalá salga bien. A otros niveles, en ACB o en cualquier equipo de LEB, es necesario crear esa unión entre equipos de cantera y el equipo profesional, que tengas la posibilidad de entrenar a un cadete y ayudar a un ACB hace que todo el mundo sienta esto de otra manera.
–Parece desde fuera que el club tiene vértigo a dejar en manos de un entrenador de su cantera el primer equipo masculino...
–Al final es que esta profesión de entrenador es complicada porque ¿se considera un entrenador joven a uno que tiene 45 años?
–No me refiero tanto a la juventud como a la apuesta por un proyecto con un entrenador de cantera.
–Ya, ya, pero tú tienes que imaginarte, por ejemplo, en el caso de Pablo y mío, tenemos 34 y 33 años. ¿Le vas a dar a un equipo de ACB con esa edad? Parece que tienes que tener 50 años o más para entrenar en la élite... Dime un entrenador de ACB con 35 o con 40... Creo que eso habla mal también de la Liga. Ahora, por ejemplo, el entrenador del Lleida (Gerard Encuentra), que acaba de ascender a la ACB, es súper joven (34 años). Lo que demuestra que hay entrenadores jóvenes de gran calidad. Ibon Navarro empezó en el Baskonia joven (debutó a los 38 años) y mira dónde está ahora. Es decir, al entrenador joven o de la casa hay que darle la oportunidad. Tanto Pablo como yo no hemos ido como primer entrenador a ningún Campeonato de España de segundo año, es decir, a mí nunca se me dio aquí la oportunidad de llevar un equipo de segundo año. O sea, un cadete de segundo año, un junior masculino de segundo año para yo irme al Campeonato de España con él. Ni a Pablo tampoco.
–¿Por qué?
–Porque no se nos dio. Estábamos llevando los equipos de primer año. Esta era una de las situaciones por las cuales preferimos dar el salto fuera, porque veía que llevábamos dos o tres años estancados en el mismo sitio... Afortunadamente nos ha salido bien.
–Últimamente se acrecienta el debate del futuro de los jugadores nacionales en el baloncesto español que le está afectando a la selección porque no se ve un relevo por la escasa oportunidad que se le da a los jóvenes en la ACB, no existe esa apuesta...
–Ahí está el caso de Mario Saint-Supery, un chico de 17 años jugando en una categoría profesional como la de LEB oro, que es dificilísima, haciendo un temporadón... no se trata sólo de, venga, vamos a darle 10 oportunidades al año y a ver qué pasa. Igual que cuando mi hermano estuvo aquí u otros jugadores de Málaga... Es decir, tienes que proteger y saber lo que quieres como proyecto. ¿Considero que Rubén Guerrero o mi hermano pueden jugar en ACB? Sí, seguramente son jugadores ACB, pero tienen que encajar en la plantilla y en lo que tú quieres. Por ejemplo, no puedes traerte a Mario aquí para tenerlo rodeado de jugadores similares o iguales a él. Como la de cualquier jugador español joven no es solo sacarlo y ya, tú tienes que protegerlo para que el jugador demuestre lo que es y luego potenciarlo, no se trata solo de ser profesional, necesita trabajo, que se le dé herramientas para que siga mejorando. Creo que es fundamental tener un proyecto claro con respecto a su rol en el equipo, situación, etc, muchos jugadores jóvenes se pierden y les cuesta luego reencontrarse, ya sea por lesiones o porque su rol no es el que se espera de ellos. Darío Brizuela aquí era el MVP y ahora ¿qué pasa? ¿Es malísimo? No. Lo que pasa es que a lo mejor el Barcelona se confundió en la confección de plantilla. ¿Considero que Jaime Fernández, Darío Brizuela y Francis sean malos jugadores? No. Los tres son grandes jugadores, ¿los tendría los tres juntos? No. ¿Tendría a Rubén Guerrero de cuarto o quinto pívot en cualquier equipo de ACB? Por supuesto, pero también tengo que darle herramientas para que dentro de unos años sea tercero o segundo pívot. Al final tú tienes que ir evolucionando como proyecto hacia algo y no confiar tanto en las circunstancias. Por ejemplo, Alberto Díaz ha sido un trabajador brutal, y se merece todo lo que le pase, pero hubieron circunstancias durante su carrera que hicieron que, aparte de por su trabajo excepcional, le salgan positivas. Hay un momento que se quedan sin base y a Alberto le dan la oportunidad, lo hace bien, ole por Alberto. Pero porqué hay que esperar a que alguien se lesione...
–Y se tuvo que ir cedido, como ahora Mario, para luego volver... ¿Es necesario eso?
–Yo considero que no debería irse. Esa situación me parece muy complicada a nivel personal, porque no es lo mismo que el jugador sea tuyo a que no lo sea. Es decir, al final es una cesión, lo que significa que al otro club no le das nada positivo, no tiene beneficio. Si al año siguiente alguien lo quiere comprar, el dinero no se lo lleva el club que le ha dado la oportunidad. Yo siempre intentaría que el jugador de casa se haga en casa, como pasa con el Joventut o el Barça de fútbol, y que se le dé la oportunidad. Ahora, otra cosa es que haya cesiones por circunstancias dentro de un proyecto, pero siempre lo preferiría tener en casa, porque el seguimiento sería diario...
–Todos los títulos logrados por el Unicaja tienen sello malagueño, de cantera... Y no sé si hay relevo a corto plazo cuando se retire Alberto...
–Es que hay buenos jugadores malagueños, ahí está Jesús Carralero, un 2,03 que se ha puesto super fuerte; Álvaro Folgueira que está en una universidad americana, un tres-cuatro de 2,06 o 2,08 capaz de tirar, de echar el balón al suelo, de pasar el balón brutal... Jugadores hay de sobra, pero hay que darles la oportunidad... Tienes que protegerlo pero dándole su espacio...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.