El Unicaja respira con el estado físico de Darío Brizuela. A diez días para la Copa del Rey, el escolta vasco dio el susto el sábado en el choque ante el Gran Canaria al sufrir un esguince de tobillo en la recta final del partido.
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Tras la jornada de descanso del domingo, las pruebas a las que ha sido sometido han descartado una lesión grave. Después de torcerse el tobillo pudo volver a jugar, la que ya era un buen indicador, aunque se encontraba caliente y eso ayudó a sobrellevar el dolor.
Ahora está por ver si puede jugar este miércoles contra el Galatasaray, un partido en el que el Unicaja busca consolidar el primer puesto del Grupo Ka de la Champions League. Ganar al conjunto turco sería conseguir medio billete para los cuartos de fina. El Galatasaray llega a Málaga sumido en una grave crisis de resultados.
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