Darío Brizuela, tendido y exhausto sobre el parqué en la prórroga del sábado tras sentirse acalambrado en un gemelo. ACB FOTOS

Brizuela, la buena y la mala noticia

El escolta firma una nueva actuación estelar, pero se constata la creciente dependencia del Unicaja en ataque de sus puntos

Lunes, 3 de mayo 2021, 00:44

Pese a su acreditada batería de tiradores exteriores, el acierto en el triple ha dejado de ser el mejor termómetro de las expectativas de éxito en el Unicaja. La clave pasa ahora por Darío Brizuela. Por su inspiración y por la capacidad de las ... defensas para detenerle, sin que muchas veces los cambios de vigilancia surtan efecto. Su cambio de ritmo y fintas para abrirse hueco en las penetraciones son también indescifrables.

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Brizuela fue la buena y la mala noticia en el Unicaja el sábado, con su segunda mejor anotación de siempre en la Liga ACB, en la que viene jugando desde la temporada 2012-13, cuando actuó ya en sus dos primeros encuentros con el entonces denominado Asefa Estudiantes. Frente a los 31 puntos ante el RETAbet Bilbao el 14 de abril (88-74), los 30 contra el Joventut (102-93), esta vez con prórroga y, por ende, más tiempo en cancha. El denominador común de los partidos no sólo fue el festival del donostiarra, sino las victorias.

No por casualidad, el Unicaja se llevó dos severos correctivos entre medias en Tenerife (79-61) y contra el Casademont Zaragoza (78-101). Fueron citas en las que Brizuela no se encontró tan fino y estuvo mejor defendido, con apenas cuatro puntos en tierras canarias y 12 ante el equipo aragonés.

«Darío nos ha dinamitado el último cuarto que hicimos», reconoció en la sala de prensa el entrenador del Joventut, Carles Duran. De nada valió el 15-31 de parcial en ese periodo o los 17 puntos sumados entonces por Dimitrijevic, que a la hora de la verdad dilapidó un uno más uno clave y falló un tiro de dos en la posesión final que hubiera dado el triunfo al Joventut. Por contra, cuatro puntos de Brizuela, sobre todo la bandeja que forzó la prórroga, y ocho en la prórroga, inclinaron la balanza. «Ha estado excelente y se nos fue un partido con un resultado que marca una diferencia que no fue la que hubo en la pista», concluyó Duran en su análisis.

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Un Unicaja menos coral

Y es que a día de hoy Brizuela define demasiado las opciones del Unicaja. Acostumbrado en los últimos años a ser un equipo coral, con una rotación larga, de once doce jugadores, el rumbo actual minimiza el talento ofensivo existente en la plantilla, que a la hora de la verdad no termina de asomar, con un Bouteille muy contenido en relación a lo que apuntó en algún choque de la campaña anterior y, sobre todo, en su ciclo en Bilbao, o un Francis Alonso cuya falta de confianza le ha relegado a un rol secundario de minutos en la pista, con muchos menos lanzamientos a canasta. La baja forma física de Alberto Díaz descarta a otro puntal.

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Por eso la dependencia de Brizuela, de la que no le gusta a hablar a Katsikaris en sus comparecencias, favorece las opciones rivales de frenar en ataque al Unicaja, con ayudas defensivas sobre el guipuzcoano, que ni siquiera ante el Bilbao o contra el Joventut firmó su mejor actuación de cajista , pues en la Copa del Rey de Madrid le metió 33 puntos al todopoderoso Barça, en otro choque con prórroga.

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Brizuela, defendido por Birgander. SALVADOR SALAS

Las molestias de Brizuela se quedaron en un susto

La importancia adquirida por Brizuela en el Unicaja es tal que cuando casi al final de la prórroga cayó sobre el parquet cundió la preocupación. Se le subió un gemelo, aunque la misma noche del sábado el club restó hierro a sus molestias musculares, sólo un susto. «No quiero pensar que fue un tirón porque me pidió entrar en la pista los últimos segundos. Espero, deseo y estoy rezando para que no sea algo serio; lo que nos faltaba ahora» se sinceraba Katsikaris, el hombre que más le aprieta las clavijas para que dé todo el talento que tiene, incluidas las seis asistencias (no todo es anotar) ante el Joventut.

A estas alturas Brizuela asegura ya tres puntos más por partido que en la campaña anterior en la Liga ACB (ha pasado de 11,7 a 14,6), aunque está también tres minutos más en pista de media (24), y a su vez está a una décima de su mejor promedio anotador histórico, el logrado en la temporada 2018-19 con el Estudiantes, pero en una plantilla configurada de una forma más clara para concederle todo el protagonismo. A la espera de que el escolta vasco no se resfríe, el Unicaja espera amarrar su objetivo de mínimos, el de jugar los 'play-off'.

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