Un Tyson Carter imparable lidera el triunfo del Unicaja ante el Breogán

Los dos equipos tenían claro lo que hacer para castigar al rival en el arranque del partido. El Breogán buscaba con insistencia a Happ, que se mostraba resolutivo y ganaba las primeras acciones en su emparejamiento con Kravish. El Unicaja trataba de correr con un Perry que lo mismo rompía en velocidad para anotar que daba buenas asistencias. El control del partido era malagueño y Mrsic paró el choque a las primeras de cambio (8-14). Los reajustes locales dieron como resultado un juego más 'sucio', en el buen sentido de la palabra, y que generó más problemas a un Unicaja que, en contra de lo que es habitual, perdía el balón con demasiada facilidad, pero que cerró el primer cuarto por delante (15-20).

El descanso de Perry dio paso a la dirección de Carter. No se notó el cambio de uno por el otro, porque el segundo mantuvo las prestaciones de su amigo. Pese a los primeros triples del Breogán por medio de Tanaskovic, el Unicaja se estiraba hasta el 20-29 con los puntos de su 'nuevo base'. El serbio, último fichaje gallego, fue un quebradero de cabeza para Thomas y por ahí surgieron las primeras fisuras en la hasta entonces buena defensa cajista. El Breogán mejoró sus porcentajes y se puso por delante a base de triples y acciones resolutivas de Happ (31-30, min. 16). Seis pérdidas llevaba el Unicaja a estas alturas dando demasiadas oportunidades a un buen rival. En cuanto se recompuso, el equipo malagueño volvió a mandar en el partido. Lo hizo con los puntos de Kravish y Brizuela, que lideraron un parcial de 4-11 para el 37-44 del descanso.

El tercer cuarto respondió a lo que se esperaba del partido. El Unicaja siguió martilleando al ritmo de la primera parte con sus exteriores. Brizuela estuvo perfecto para ampliar la renta. Osetkowski metía de tres y la ventaja alcanzaba los diez puntos (40-50). El equipo cajista siguió apretando porque la realidad es que no se podía descuidar. El Breogán parecía liquidado, pero siempre volvía. Encontró el acierto en un gran Nenadic y se colocó a tres puntos, 50-53. El partido era un toma y daca, y en ese ritmo rápido Carter estaba en su salsa. El estadounidense anotaba de tres o penetrando; literalmente como quería. Con 55-65 el Unicaja amenazaba con romper, pero de nuevo los locales volvieron al partido para dejar todo por decidir antes del acto decisivo (62-68).

Lo que se había visto de Carter era sólo un anticipo porque lo que hizo en el último cuarto valió para romper el encuentro. Decir que él sólo acabó con la oposición del Breogán sería injusto, pero casi. Cada balón que le llegaba era canasta, de dos o de tres, en penetración o al contragolpe. Pero lo mejor es que mantenía la compostura en defensa y lideraba por completo al equipo. Cuando se sentó a falta de dos minutos, el Unicaja ganaba 71-85 y tenía liquidado el partido. Fue bestial, 25 puntos en 22 minutos.