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Son sólo dos partidos de pretemporada y ante un Coosur Betis totalmente renovado y un Real Madrid con unos días menos de preparación, pero el Unicaja trata de mostrar otro compromiso defensivo. Como anuncia Fotis Katsikaris, «ser sólidos» es la cultura que trata de ... implantar en el cuadro malagueño, en una campaña en la que empieza a trabajar desde el minuto 1, sin tomar las riendas de un equipo que estaba en caída libre.
«El resultado es lo último ahora (...) Buscamos ser sólidos. Es la palabra del año. Sin tener altibajos, diez puntos arriba, diez puntos abajo... Me gustó la actitud del equipo y veo a la gente con muchas ganas de mejorar. Eso nos va a hacer mejor equipo», declaró Katsikaris después de la amplia victoria ante los blancos (88-75), y se mostró optimista cara a lo que ve: «Estamos incorporando poco a poco a los lesionados (repareció Nzosa; en breve lo hará Alberto Díaz y se espera a Suárez para el comienzo de la Liga, el domingo 19) y la gente del año pasado está dando dos pasos adelante que no dábamos entonces. Los tres fichajes son muy buenos y van a necesitar su adaptación, pero el margen de mejora va a estar con el paso que den los del año pasado, siendo más duros en defensa y compartiendo más el pase en ataque en el juego colectivo».
La lectura del técnico griego es clara. Por un lado, que los tres fichajes son de garantías. Un Norris Cole que va a más, aunque hubo que esperar al tercer cuarto del segundo partido disputado para verle anotar, pero luego se desató (11 puntos ante los blancos); un Barreiro llamado a cumplir un ciclo largo en Málaga, en donde crecer y madurar como jugador, y un Eric que va a darle vuelo al juego interior con su agresividad e intimidación.
Por otro lado, que aunque a los tres refuerzos no se les discute, no le darán la vuelta al equipo como a un calcetín por sí solos. El equipo va a necesitar del compromiso de toda la plantilla, después de ser el menos reboteador de la Liga Endesa la pasada campaña.
Siendo dos meros amistosos, ya es esperanzador el dominio bajo tableros ante el Betis (32-20) y el Real Madrid (37-30), algo impensable en la competición la pasada campaña. Un jugador, Bouteille, ejemplifica el cambio en defensa y en ataque. Ante el equipo sevillano, con cuatro rebotes y asistencias en 27 minutos, el que más jugó. Y con 17 puntos de valoración, como los 18 del viernes, en uno de los pocos partidos de su carrera, si no el único, que reboteó más que anotó (11 capturas, aunque diez fuesen defensivas frente a 9 puntos). Para hacerse una idea, el galo promedió dos rebotes en la 2019-20. Su récord era 8.
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