Veinte minutos muy malos

En el comienzo del segundo cuarto, el Unicaja dejó de anotar, pero lo peor fue que también dejó de defender. En poco más de tres minutos, el Baskonia había anulado la ventaja malagueña, porque la defensa alavesa, consciente ya de la escasa capacidad interior de su rival, se volcaba sobre los hombres del perímetro malagueño, que ya no encontraban las buenas posiciones de tiro de antes. Fue un segundo cuarto lamentable, con pocos rebotes, muchas pérdidas, sólo dos triples y nada de defensa. Todos estos factores y su gran acierto exterior permitieron al Baskonia anotar 37 puntos en diez minutos e irse al descanso con 12 de ventaja.

Cuando volvieron de los vestuarios, el Unicaja apareció con un equipo más pequeño, que buscaba la mejora defensiva. Pasaban los minutos, entraban hombres del banquillo y la defensa visitante volvía a venirse abajo. En ataque, el Unicaja mantuvo la parálisis de su anotación exterior, ya que sus hombres de perímetro, para encestar, tenían que acercarse a la canasta con el bote. Su ataque disponía cada vez de menos espacios y volvía a anotar poco en el tercer cuarto.

El último periodo arrancó con 24 puntos de ventaja para los locales, después de que el Unicaja sólo anotara 25 puntos en los dos cuartos centrales del partido. El cuadro malagueño, comandado en los minutos finales por Brizuela, consiguió maquillar el resultado y librarse de una diferencia de puntos demasiado fea. Terminado el partido resulta aleccionador comprobar que el Unicaja, a pesar de su acierto en los triples no tuvo ninguna opción. Por último, destacar que la rotación (9 hombres por debajo de los 18 minutos) fue la misma ganando de paliza que perdiendo con claridad.