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Alberto Díaz parece pedir perdón a la afición por la derrota con el corazón en la mano. MARILÚ BÁEZ
La barrera infranqueable del anfitrión

La barrera infranqueable del anfitrión

El Unicaja se topa con las maldiciones de la Copa del Rey y sigue sin cumplir su sueño de celebrar un título al amparo de su afición

Viernes, 16 de febrero 2024

Hay caminos que conducen a ninguna parte e ilusiones confundidas en una realidad plena de frustraciones. Son las típicas situaciones donde la alegría deriva en infinita tristeza hasta casi rozar el dolor. Así es la Copa del Rey, un torneo sin piedad donde ganadores y ... perdedores se mueven en los extremos hasta embozar el paroxismo, y donde el Unicaja es experto en conjugar tantos antónimos como permita el diccionario. Si hace doce meses la sorpresa se asoció a la euforia, un año después el sueño tornó en pesadilla. Pocos creían en la derrota y muchos confiaban en la victoria, pero el Lenovo Tenerife se vengó de la final de Badalona y apeó al anfitrión de su Copa. Jugó mejor y superó todas las adversidades, entre ellas verse diez puntos abajo en el minuto 23 (55-45). Ahí estuvo la clave del choque, ya que el cuadro isleño le endosó un 0-12 de parcial que volteó el marcador, confundió al anfitrión y esbozó la sonrisa del que tiene preparado un plan. Esta vez, la pizarra se coloreó con el amarillo chillón del vencedor.

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