El Barcelona, muy cómodo
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Cuando estuvieron en cancha los mejores jugadores locales, el Unicaja no pudoSecciones
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Cuando estuvieron en cancha los mejores jugadores locales, el Unicaja no pudoComo viene siendo habitual en las semanas muy cargadas de partidos, Jasikevicius mantuvo en la reserva, para empezar, a algunos jugadores importantes. La defensa del Barcelona funcionaba a base de continuos cambios de hombre, la del Unicaja era más ortodoxa y mantenía más las asignaciones. ... Las dificultades del ataque malagueño eran evidentes y se reflejaban enseguida en el marcador, con solo seis puntos anotados en siete minutos. La entrada de los suplentes mejoró algo la situación del Unicaja que, con 9 de sus 14 tiros fallados se quedó con 13 puntos en el primer cuarto. Afortunadamente, aparecieron por fin los tiradores visitantes (Alonso y Bouteille) y el ataque malagueño, aun sin aportación interior, se entonó algo. Poco a poco, con el liderazgo de Nzosa, la defensa andaluza creció mucho y el partido giró a favor del conjunto visitante que ya era mejor que su rival en triples. Cuando se llegó al descanso, a pesar de su mayor presencia en la línea de tiros libres, el Unicaja estaba a 8 puntos por detrás, porque necesitaba mucho más debajo de los aros.
Tras la pausa entró Guerrero, que no tuvo tiempo ni de sudar. Enseguida volvió Nzosa que, junto a Díaz, relanzaba la defensa malagueña. Daba gusto ver al congoleño impulsando a su equipo que cada vez se acercaba más a su rival en el marcador. Empujaba tanto el equipo malagueño que Jasikevicius entendió que el partido no estaba para bromas y ordenó el retorno a la cancha de sus mejores hombres. El cuadro local se rehizo y entró en el último cuarto con 9 puntos de ventaja. A partir de ese momento, el Unicaja ya no volvió más a entrar en el partido. Su anotación, frente a los mejores jugadores del Barcelona, quedó paralizada. El ataque azulgrana no era gran cosa, pero fueron demasiadas posesiones sin anotar para el equipo malagueño y el Barcelona se escapó ya definitivamente. Tanta comodidad permitió al técnico local poner en cancha a los suplentes, pero el cuadro visitante estaba totalmente perdido y como consecuencia de ello se quedó en unos escasos 55 puntos.
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