En Atenas, más deterioro

El conjunto griego arrancó con una intensa presión en todo el campo, aunque los dos equipos se mostraban más acertados en ataque que en defensa, especialmente en el caso de los visitantes, como pusieron en evidencia los 25 puntos griegos en el primer cuarto. Por ese camino, tan inoportuno encuentro podía hacer más daño de la cuenta al Unicaja. Katsikaris aprovechó el segundo cuarto para insistir con Barreiro de 'tres'. Como consecuencia, mantuvo muchos minutos a Bouteille en el banquillo, lo que unido a la ausencia de Cole acabó por dejar al equipo en solo 28 puntos cuando se llegó al descanso.

Después de la pausa, se mantuvo Barreiro, pero entró Suárez. La Idea del ataque malagueño seguía siendo el tiro triple, aunque los errores en la larga distancia producían una carencia de anotación demasiado lenta. Además, debajo del aro malagueño dominaban también los locales. En conjunto, la imagen que daba el Unicaja era lamentable. En el último cuarto se entro con 15 puntos de ventaja local, ya con Nzosa y Bouteille en cancha, aunque el joven africano no tardó en volver al banquillo. Todo para nada, porque la reacción a la que estaban obligados los jugadores del Unicaja no llegó nunca. Lo cierto es que el equipo malagueño se vuelve de Atenas en peor posición de la que llegó y cuando retorne a la competición lo hará como un equipo vapuleado por el Lavrio en un partido en el que los jugadores no dieron ni lo mínimo que cabía exigirles.