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Como sucediera la pasada campaña, el Real Madrid ha vuelto a ejercer de punto de inflexión en la temporada del Unicaja. Si en la 2019-20 fue el verdugo cajista en la final de la Copa del Rey –y, a renglón seguido en la ... Liga–, antes de que se confirmaran numerosas lesiones en la plantilla por el esfuerzo y poco antes del confinamiento y una Eurocup inconclusa, en este ejercicio va camino de suceder lo mismo. El 91-84 encajado en el WiZink Center el 13 de diciembre ha volteado el rumbo de los pupilos de Luis Casimiro, que llegaron a la cita con trece victorias en sus últimos quince compromisos y que compitieron bien ante los blancos, pero perdieron y comenzaron una racha mucho más negativa.
No hay dudas de que el Unicaja se ha atascado y de que la lesión de Alberto Díaz, sumada a la de Mekel, que se produjo días después, ha tenido mucho que ver. El equipo sólo ha ganado uno de sus últimos seis partidos, cinco jugados en la Liga Endesa y uno en la Eurocup, la derrota contra el Ratiopharm Ulm con el equipo ya clasificado para el Top-16, con lo que sólo implicó perder el liderato de grupo y tener rivales distintos en la siguiente fase.
Antes de la lesión muscular de Díaz, que podría volver a la competición a finales de mes, en el entorno del equipo había pocas dudas de la clasificación para la Copa del Rey, con ocho triunfos en su balance y con siete jornadas más antes del corte; es decir, a una o dos victorias de certificar el logro. Pero todo se ha torcido desde entonces, con derrotas que no estaban en ningún guión, como las sufridas en casa ante el Urbas Fuenlabrada (84-90) y un Coosur Real Betis (111-114) que antes de llegar a Málaga sólo llevaba tres triunfos en la competición.
Parece claro que si el Unicaja al final perdiera ante el Baskonia, y otros resultados le dejaran sin estar en la Copa, el fracaso no sería atribuible a terceros. Con nueve victorias y ganando sólo en una de las seis jornadas previas al corte sería desmerecer su presencia en el torneo que se jugará en Madrid del 11 al 14 de febrero.
El dato más llamativo en este bache de resultados es la estadística defensiva del equipo, que puede guardar mucha relación con la ausencia de Díaz, el base que mejor defiende y uno de los mejores especialistas en este trabajo en la plantilla. El Unicaja ha encajado 96,8 puntos de promedio en sus cinco últimas derrotas, dos tras sendas prórrogas. Aunque se excluyeran los puntos recibidos en esos diez minutos añadidos, la media se quedaría en 90,4 puntos, todavía muy alta o en 87,8 incluyendo los de la victoria en Bilbao en esa periodo de racha negativa.
Siguen siendo números muy altos frente a los 82,5 puntos encajados de promedio por el equipo en la Liga Endesa o los 80,9 que se recibían en la competición nacional antes de lesionarse Díaz. Es decir, que el Unicaja encaja diez puntos más por partido sin su base canterano.
La baja del malagueño se unió a la desgracia de la pérdida del otro base especialista, Gal Mekel, considerando a Jaime Fernández más un 'combo'. De hecho, antes de caer el israelí, perosin Díaz, aún se pudo ganar al UCAM Murcia (102-81) y al Germani Brescia (79-83), en el partido en que se lastimó Mekel. Desde ahí todo ha ido a peor, porque la contratación temporal de Frankie Ferrari ha permitido disponer de un base más y que otros jugadores como Brizuela y Francis Alonso se centren en su rol habitual, pero poco más. El norteamericano con pasaporte italiano no aporta facetas muy diferentes a la de un jugador con clara vocación anotadora, como muchos otros componentes de la plantilla, antes que un organizador de juego. La lesión muscular de Suárez ha sido el tercer percance serio en poco tiempo. Por más que el capitán estuviese teniendo poco peso en las rotaciones en ese momento, su conocimiento del juego y la suma en intangibles que suele ofrecer su presencia en la cancha también se acusa.
El Unicaja sigue siendo un equipo sin un juego colectivo en ataque y ante el bajo momento de forma en los últimos partidos de sus dos mejores tiradores, Francis Alonso y Bouteille, ha dependido en exceso de las penetraciones individuales de Brizuela y Jaime Fernández, que en los dos últimos partidos parece acercarse ya a su mejor versión.
Esto y el hecho de que el equipo siga dependiendo de sí mismo para estar en la Copa (si derrota el domingo, a las 18.30 horas y en el Carpena, al Baskonia) son casi las únicas buenas noticias. El Unicaja se ha atascado en un momento clave de la campaña. El miércoles 13 comienza el Top-16 de la Eurocup. La Copa, de jugarla, está a la vuelta de la esquina, y los tropiezos cada vez tienen menos margen para ser recuperados.
13 de diciembre: Real Madrid-Unicaja (91-84)
16 de diciembre Unicaja-Ratiopharm Ulm (90-94), en la Eurocup.
22 de diciembre: Unicaja-Urbas Fuenlabrada (84-90)
27 de diciembre: RETABet Bilbao-Unicaja (75-91)
29 de diciembre: Unicaja-Coosur Real Betis (111-114)
3 de enero: Hereda San Pablo Burgos-Unicaja (95-83)
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