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En las horas previas al encuentro, Ibón Navarro había señalado que su equipo debía dar el máximo en energía, dureza y lucha. También comentó que en estos aspectos se centraba la preparación del partido. Desde el salto inicial se confirmó que el técnico del Unicaja ... sabía lo que decía y también que sus jugadores no lo escucharon. La lucha de los locales por el rebote era feroz y su despliegue en contraataque instantáneo . La primera gran ventaja catalana llegó de forma inmediata. El Unicaja insistía en tiros exteriores muy malos que facilitaban las salidas en estampidas de los locales, cuyas finalizaciones eran muy cómodas frente a una defensa que tardaba en bajar. Por increíble que parezca, el Unicaja no metió una sola canasta en juego en el primer cuarto y el 29-4 era para sonrojar a cualquiera. En el segundo cuarto, el ataque malagueño se mantenía en la misma línea lamentable, aunque su defensa mejoró bastante y lo más importante fue que ya no permitieron los contragolpes locales. E Unicaja jugó también con tres '`pequeños' y cuando llegó al descanso perdía por 26 puntos.

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