El Unicaja, a examen ante un enorme desafío

Que el Barcelona y el Real Madrid trasladen su rivalidad futbolera al baloncesto, es enormemente beneficioso para nuestro deporte, pero a cambio de ello monopolizan prácticamente la mayoría de los títulos, eso sí, cuando algún otro equipo los consigue estos resultan especialmente prestigiados y celebrados. Como dice la canción: «ni contigo ni sin ti…».

Será por eso por lo que los que van por el otro lado del cuadro se están frotando las manos, no porque lo vayan a tener fácil, sino porque todos saben que evitar al Madrid y al Barcelona, al menos hasta la final, les ofrece mayores probabilidades, aunque solo sean matemáticas, de lograr una de esas oportunidades de la que hablábamos.

El Joventut es el que mantiene mejor palmarés en esta competición tras los grandes, con 8 títulos, y además juega en casa, un clásico de nuestro baloncesto que también ha atravesado sus particulares travesías del desierto, pero que siempre, siempre, ha tenido la capacidad de reinventarse, cuna de este deporte y de la cantera más prolífica y brillante que ha plagado nuestra liga dejando grandes nombres. Volver a ver el Olímpico de Badalona lleno va a ser un gustazo, aunque allí ya hay quien duda de que Carles Durán pueda llevar a su equipo a hacer algo grande, propone una mezcla de juventud, con hombres como Parra y Feliz, y de veteranía, con Ribas y Tomic, pero sigue teniendo en este último su principal referencia, en cualquier caso, pase lo que pase, saben que no pueden de ningún modo decepcionar a los suyos. Y su rival, el Cazoo Baskonia, es el siguiente en el palmarés con seis copas y el que, de entre los perseguidores, mejor ha rentabilizado en estas últimas décadas su inversión, un equipo de Euroliga que por presupuesto, potencial y juego se lo va a poner muy difícil. Markus Howard es la sensación de la temporada en España y en Europa, reservado en Málaga en el último partido llega entre algodones por la reaparición de sus molestias en la espalda, como máximo anotador de un equipo consistente y duro física y mentalmente, con una gran capacidad ofensiva y versatilidad en su juego donde ya empieza a destacar Heidegger (sustituto de Henry), la aportación de hombres como Costello, Thompson y la profundidad de su banquillo. Con un entrenador al frente, Peñarroya, ambicioso y tremendamente competitivo que va a Badalona con la única intención de ganar el torneo y demostrar que está preparado para los más grandes retos que se le pongan por delante, porque no solo los jugadores quieren revelarse.

Como apasionante será el cruce de los dos equipos canarios que unen en esta ocasión a su fraternal y tradicional rivalidad un magnífico estado de forma. El Lenovo Tenerife consolidado en la parta alta de la tabla y que viene de conquistar la copa Intercontinental por tercera vez en su historia tras ganar la pasada temporada la FIBA Baketball Champions (a la que aspira también este año el Unicaja) y el Gran Canaria que ha cosechado muchas victorias en este tramo de la temporada, tanto en la Eurocup como en la Liga, aunque hayan caído recientemente en Tel Aviv y Valencia, desplegando orden, buen juego y una sólida defensa. Se medirán en este partido al 'pick and roll' de la dupla más veterana y temible, Marcelinho y Shermadini, que imponen serenidad, confianza a lo suyos y buena lectura de juego acompañados de los puntos de Jaime Fernández o Salin, y lo harán contra el estado de gracia de Brussino, de un siempre eficaz Shurna, Inglis o Salvó y un Diop con proyección al alza, sin olvidarnos del interesante duelo de los banquillos entre un veterano de plenas de garantías, Vidorreta, y un prometedor Jaka Lakovic.

Y en el lado del cuadro del Unicaja el Valencia Basket, uno de los últimos en entrar en la Copa del Rey que sigue recuperando lesionados, primero fue Rivero y ahora Dubljevic, capaces de competir con cualquiera en Europa aún no ha dado toda la medida de su verdadero potencial, tiene en Chris Jones su hombre más en forma y esperan mucho del reciente fichaje y máximo anotador de la liga, Evans. De todos modos, intentarán sorprender al Real Madrid de la era Tavares que hasta el momento se ha mostrado sólido en la Liga y la Euroliga, pero con un Chus Mateo presionado todavía por un entorno que en este tipo de exámenes no sabrá perdonar. Nombres como Musa y Hezonja quieren demostrar que pueden ir tomando el relevo de Rudy y Llull para liderar al equipo y responder a las exigencias máximas de un club que solo entiende de ganar o ganar, lo que nos les va a resultar nada fácil.

Y a nuestro Unicaja le toca bailar en esta fiesta con el más feo, el ganador de 4 de las ultimas 5 ediciones de este torneo, el rival que llega más en forma y que, en mi opinión, mejor supo entender, en el partido de Liga ACB que les enfrentó, como sobreponerse a las virtudes del equipo malagueño. Por eso el Barcelona volverá a intentar dominar el rebote para que, entre otras cosas, el Unicaja no corra y evitar su juego en transición, su principal virtud, y así llevarlo al 'cinco contra cinco', su mayor debilidad, todo el tiempo posible, donde podrán desplegar de manera mucho más eficiente su defensa y el alto nivel de exigencia que impone Jasikevicius también a la hora de compartir el balón, que hasta ha conseguido convertir a Abrines en un especialista defensivo. El gran físico de todos sus jugadores y su versatilidad táctica les permite ocupar muchos espacios, obteniendo muchas ayudas y eficaces rotaciones y cuando proponen continuos cambios de hombre en todos los bloqueos también logran que no se produzcan grandes desequilibrios o ventajas para sus rivales en los desajustes defensivos, en los 'mist-match' o en el 1 contra 1. Por su parte el Unicaja en campo abierto y cuando consigue imponer un ritmo endiablado gracias a su defensa, el dominio del rebote defensivo y las amplias rotaciones es capaz de desarbolar por momentos a cualquiera (lo de Perry contra el Baskonia fue tremendo). La no dependencia de ningún hombre, pero sí el equilibrio y potencial anotador en todas las líneas le hace especialmente peligroso e imprevisible, mantener un elevado porcentaje en tiro de dos en sus rápidas transiciones, ya sea tras saques de banda o fondo, rebote o recuperación de balón, más el acierto en el triple le dará opciones de victoria. Carter por su calidad podría ser la revelación de un Unicaja ganador, un paso adelante para demostrar que es capaz de ser mucho más que un buen jugador de enorme proyección para convertirse en un gran jugador, que no es lo mismo.

Pero estos equipos, como el Real Madrid o el Barça, independientemente de sus recorridos y estados de forma en la Liga Endesa y la Euroliga están pensados precisamente para estos partidos y para soportar la máxima presión, cuentan para ello con un arsenal tremendo de recursos, con un «roster» de hombres donde cualquiera puede ser un factor determinante, como en este caso Laprovittola, Mirotic o Higgins que por si solos y cada uno de ellos puede, en una buena racha de juego, destrozar a sus rivales, sin olvidar al buen estado de forma de Abrines, el impacto en el juego cada vez mayor de Jokubaitis y un larguísimo etc. de jugadores y argumentos.

Siempre hay margen para soñar porque sabemos que este Unicaja no se lo va a poner nada fácil y porque ya se ha ganado el respeto de sus rivales, llevará al límite al Barcelona que tendrá que jugar con acierto y como si de una auténtica final se tratara, sin reservas ni dosificaciones. Y es que para llegar a ser grandes o para demostrar que las expectativas creadas son reales y que se puede seguir creciendo hay que saber estar, muy especialmente, frente a los grandes desafíos.