Carencias y querencias

Después de muchos meses huérfanos de baloncesto por culpa de una pandemia de la que ahora se cumplen dos años, los aficionados acudieron al Palacio ávidos de sensaciones y se encontraron con un páramo de felicidad. No sólo sufrían por las continuas derrotas, sino por el juego desplegado por una plantilla que atesoraba más calidad de la que indicaban sus acciones en la pista. Carencias y querencias que se tradujeron en proyectos fallidos en forma de entrenadores despedidos hasta el punto de que el próximo martes 8 de marzo el club de Los Guindos marcará otro triste hito en su historia al contar con tres entrenadores distintos en competición europea en una misma temporada.

Cuando Ibon Navarro debute en el torneo continental frente al Cluj Napoca en tierras rumanas será el tercero esta campaña, tras comenzar Fotis Katsikaris y el paréntesis de Ángel Sánchez Cañete en Ucrania mientras se negociaba con el nuevo inquilino para el banquillo.

No hay precedentes por estos lares de esta circunstancia. En 29 ediciones defendiendo el Unicaja sus colores en el viejo continente, solo en seis ocasiones el entrenador que se estrenó no culminó todo el torneo, con la peculiaridad de que en tres de ellas concurrieron hechos ajenos al deporte, como la enfermedad que sufrió Pedro Ramírez en la campaña 98/99, que motivó su sustitución temporal por Paco Alonso; la muerte del padre del padre de Bozidar Maljkovic, que hizo que de nuevo Paco Alonso tomara las riendas del equipo en un partido en la 2001-2002; o un problema burocrático de Jasmin Repesa que supuso el debut de Curro Segura en la 2012-2013.

Los otros tres antecedentes sí fueron por cambio de entrenador, como antes de la llegada de Sergio Scariolo, sustituto de Paco Alonso, que hizo que Chechu Mulero cogiera el equipo en Tel Aviv en 2003; el despido de Aíto García Reneses en 2011, reemplazado por Chus Mateo, o el de la pasada temporada cuando Katsikaris sustituyó a Luis Casimiro. Una deriva en toda regla, como canta Vetusta Morla: «He enterrado cuentos y calendario; ya cambié el balón por gasolina; ha prendido el bosque al incendiar la orilla. Habrá que inventarse una salida. Ya no hay timón en la deriva»...