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Álex Abrines (Palma, 1993) cumple con aquello de que de bien nacido es ser agradecido. El escolta del Barcelona no olvida su etapa en Málaga ... por mucho que tuviese un desenlace bronc. Sea como fuere, a sólo unas horas del duelo de esta noche contra el Unicaja en la Copa del Rey, el mallorquín agradece el trato que le dio el Unicaja, su afición y los jugadores con los que coincidió, y lo considera fundamental para haberse dedicado al baloncesto de forma profesional. «Antes de aquello era un chico de Mallorca que jugaba con los colegas», dice. Abrines recela del equipo malagueño, al que ve con potencial para ganar a cualquier rival, incluso a su Barcelona. El mallorquín protagonizó una simpática entrevista en la que fue sorprendido por Pepe Pozas, Luis Conde y José Enrique López, tres malagueños con los que tiene una excelente relación.
–¿Qué tipo de partido nos espera esta noche en el Olímpico de Badalona?
–Va a ser una gran batalla, porque el Unicaja este año está haciendo las cosas muy bien. Tiene mucha facilidad para anotar, al menos es lo que se ve desde fuera, pero también pensando en cómo fueron las cosas en el pasado. En la Copa del Rey de Madrid y entonces no pudimos parar a un tan Darío Brizuela.
–¿Parecido al de la Liga? Esperemos que los árbitros no sean protagonistas...
–Siempre que vaya justo el partido habrá algo de polémica. Esperemos que no demos opción a esa polémica, pero creo que será un partido ajustado.
–¿Coincide en que el resultado fue engañoso?
–La sensación es que nos costó mucho. Ellos no tuvieron el mejor encuentro y me atrevería a decir que nosotros tampoco. Más allá de eso, la temporada que está haciendo el Unicaja está a un nivel que no le tiene que envidiar nada a ningún equipo. Aunque se dice de conjuntos como el Barcelona que lo pueden ganar todo, creo que la Copa de este año es muy abierta. El Unicaja está a un nivel altísimo y puede ganar a los mejores.
–¿Le ha sorprendido el nivel del equipo teniendo en cuenta que ha habido tantos cambios?
–Lo normal no es eso, pero se puede dar porque surja buena química entre el entrenador y los jugadores y que empiece la Liga como lo ha hecho el Unicaja. Diría que destaca por su anotación alta y que el encuentro, para nosotros, pasa por frenar esa capacidad ofensiva y llevarlos a setenta puntos si podemos. Ahí es donde nosotros tenemos posibilidades de pararles.
–¿Algún jugador que le llame la atención?
–Los conoces a todos porque te has enfrentado a ellos o los has visto en la Euroliga o la Champions. No me podría quedar con ninguno. Habrá unos más anotadores que otros, pero todos tienen su importancia y eso es lo que lo convierte en un equipo peligroso. Puedes dejar a Brizuela en cinco puntos, que es algo muy difícil, pero te puede salir cualquier otro y liártela. Vamos a tener que estar pendiente de todos sus frentes ofensivos y minimizar esos puntos que comenté antes.
-Trece victorias seguidas de su equipo, parece que no llegan mal...
–Después de lo del año pasado, cuando llegamos al final mermados física y mentalmente, creo que estamos más frescos. Llegamos bien a la Copa, en la que el que está mejor esos tres o cuatro días se lleva el torneo.
–El Barça suma un par de estrellas nuevas cada año. ¿Como se conjugan esos egos en un vestuario?
–En mi caso siempre pongo al equipo por delante. Todos queremos meter veinte puntos, pero hay que adaptarse y sacrificar tu juego por el bien del equipo. Cuando esto acabe, prefiero tener muchas Copa y títulos que reconocimientos individuales.
–¿Qué le queda de canterano del Unicaja? ¿Cómo recuerda aquella etapa?
–Al final estuve genial durante dos años. Hice muchos amigos en Málaga. Como jugador fue cuando me di cuenta que podía dedicarme a esto, porque antes era un chico de Mallorca que jugaba con los colegas. En esos dos años en Málaga salté al Clínicas Rincón y luego con los profesionales. A Málaga y al Unicaja le debo la oportunidad de que podía dedicarme a esto. Al final uno tiene que poner de su parte, pero la oportunidad me la dio el Unicaja. A ellos les debo parte de la carrera que he hecho.
–Lo del Clínicas escapa de toda lógica. Un filial que mando a cuatro jugadores a la NBA, usted, Kuzmic, Sabonis y Faverani.
–Eso habla de que se estaban haciendo muy bien las cosas. Coincidieron muchos jugadores que tenían el potencial, pero sin el trabajo de esos años no habría sido posible. Teníamos muy buen grupo y guardo un gran recuerdo de aquella época.
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