Rafa Martínez: «Aíto me convenció para fichar por el Unicaja, pero...»

–Trate de explicarnos las claves de ese gran arranque de su nuevo equipo, porque el Bilbao no deja de ser un recién ascendido...

–El grupo de trabajo es una mezcla del que había el año pasado y que tan buenos resultados cosechó el año pasado, a eso se han añadido jugadores con experiencia en Europa en la ACB. Esto ha permitido que el mensaje del entrenador cale perfectamente y hace que podamos luchar y competir en todos los partidos.

–¿Y cómo es lo de ser entrenador por el que ha sido su compañero y rival hasta hace nada?

–Se hace extraño porque he jugado con Mumbrú en la selección y también mucho contra Javi Salgado, que es de mi época, pero hay una gran relación porque somos profesionales y hay confianza total. Yo no me meto en su trabajo y trato de ayudar.

–¿Se ve en ese rol de entrenador en el futuro o es pronto para pensar en eso?

–No me lo he planteado, pero con la edad cada vez piensas más como entrenador, es la realidad. Ahora estoy centrado en el día a día y en disfrutar.

–Y ahora que le pilla más de lejos, háblenos de esa rivalidad entre el Valencia y el Unicaja de estos años. ¿Cómo se vivían aquellos partidos en el vestuario de su anterior equipo?

–Para un club como el Valencia era muy importante ganarle al Unicaja. A nivel de afición, de presidencia, de club, de proyecto, era y es importante ganarle al equipo de Málaga. Son dos clubes muy parecidos en cuanto a aspiraciones, que querían el mismo objetivo de entrar en la Euroliga y siempre era un partido especial.

–Pero, fíjese, usted estuvo a punto de ser jugador del Unicaja.

–Efectivamente. Era mi segundo año en Valencia. Sabía que había rivalidad, pero no tanta. Me llegó la oferta de Málaga y Aíto me llamó. Aquel verano tuve otras ofertas importantes, es curioso. Aíto me convenció' para fichar por el Unicaja, pero de aquella manera... Yo no estaba muy seguro de salir y al final decidí quedarme, porque habíamos ganado un título y quería jugar la Euroliga con el Valencia. Fue un verano complejo, con muchas llamadas y no estuve tranquilo. Aíto me llamó y fue muy llamativo porque incluso me aconsejó dónde podía ir. Es decir, me llama para ficharme, pero me aconseja cómo está el mercado (risas). Hablé con Aíto y con el director deportivo de entonces, Manolo Rubia, con el que tengo muy buena relación. Al final no pudo ser y me quedé allí para jugar la Euroliga y porque estaba a gusto.

–No sé si sabe que en Málaga circula la leyenda de que no fichó porque Juan Roig le puso un Mercadona...

–(Risas) No, no, qué va... (Más risas). Tengo muy buena relación con Juan, pero no tengo a mi disposición productos Hacendado para dar y regalar...

–Juan Roig es una de las personas más ricas de España y está echando el resto para hacer del Valencia uno de los clubes más importantes de Europa. ¿Cómo es en las distancias cortas?

–Pues es muy cercano y una persona muy positiva. Siempre respaldó al equipo. Es un lujo que el Valencia y la ciudad tengan a una persona como él respaldando al club y participando de muchas causas sociales. Un lujo.

–¿Qué tipo de partido espera mañana ante este irregular Unicaja?

–Siempre complicado. Está un tanto irregular porque tiene muchos jugadores nuevos, que no tienen mucho tiempo para entrenar. Será un partido físico por el perfil de jugadores que ha incorporado. El Unicaja es uno de los grandes, y más en su pista. Somos un equipo que quiere competir contra todos, no lo hicimos contra el Zaragoza, pero luego reaccionamos.

–Aquí se habla mucho del objetivo de ganar la Eurocup para regresar a la Euroliga, pero esta puede ser un martirio...

– Sobre todo por el número de partidos. Está claro que se disfruta y el baloncesto de alto nivel, pero puede ser un martirio. Tengo claro que clubes como el Unicaja y el Valencia donde se merecen estar es en esa competición. A nivel de Eurocup, el equipo de Málaga debe ser un aspirante al título, en parte porque merece estar ahí, en la Euroliga.

–¿Lo veremos en febrero en Málaga para la Copa?

– Jo, sería un sueño jugar la Copa de Málaga con el equipo recién ascendido. Pero, aunque suene a tópico nosotros tenemos que ir partido a partido, sin marcarnos objetivos.