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Como lo pudo ser en su momento el Martín Carpena, el Fernando Buesa de Vitoria o el Fuente de San Luis de Valencia, la pista de moda en el baloncesto español es el Coliseum de Burgos, donde se palpa la ilusión de un club en pleno crecimiento en una ciudad sin otro aliciente deportivo de nivel –el Burgos permanece sepultado en Segunda B–. El CB Tizona (con el patrocinio de Autocid) ya logró el ascenso a la ACB en 2013, 2014 y 2015, pero nunca cumplió con los requisitos económicos, y fue un nuevo club, el CB Miraflores, con la denominación de San Pablo Burgos y con el sustento de la empresa inmobiliaria del presidente, Félix Sancho, el que llegó a la élite en la temporada 2017-18.
Desde entonces no ha dejado de crecer. Con Diego Epifanio como entrenador ha sido decimocuarto (13-21 en el balance de triunfos y derrotas) y undécimo (15-19), y ahora, con Joan Peñarroya, es quinto (6-4), con el sueño de su debut en la Copa del Rey o, incluso, en unos 'play-off'. Pero, más allá de eso, lo que domina en Burgos es un ambiente digno de vivir. La peña Andrés Montes, la más numerosa, y los grupos Bochanos y Sauki organizan el cotarro, con cartulinas azules por toda la cancha durante la interpretación del himno a Burgos en los prolegómenos. Al final del partido, en caso de victoria, los jugadores locales agachados dan palmas al parqué, mientras se colocan erguidos y se eleva de forma progresiva el sonido de las palmas.
El Coliseum Burgos, para 9.000 personas, empieza a quedarse pequeño. Ya no son necesarias las lonas para cubrir el tercer anillo, y la afición se ha desplazado en miles a varios partidos a domicilio. Ante esta fiesta comparece esta tarde (18.00 horas, Movistar Deportes 1, dial 53) el Unicaja, de momento con peor balance que su rival, pero con ganas de prolongar la serie triunfal abierta en la pasada jornada al derrotar al Bilbao Basket. Earl Clark (12 puntos, 8,3 rebotes y 14,6 de valoración), que ha sido MVP de la Jornada en tres ocasiones, y el alero Vitor Benite, el máximo anotador del equipo, con 13,4 puntos, son las principales amenazas del San Pablo Burgos, que tiene la quinta mejor defensa y el cuarto mejor porcentaje desde el perímetro (37,8%).
Con el alivio de que la presencia en la Copa esta asegurada en su condición de anfitrión, Luis Casimiro cree que la clasificación en la zona media sigue sin definirse. En la misma línea que su homólogo, Joan Peñarroya, que afirmó que «hay muy poca diferencia entre el tercero y el decimoquinto«. «Dos victorias o dos derrotas te acercan a luchar con los grandes o a mirar por no sufrir; es una liga muy igualada y abierta», argumentó también.
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