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Los campeones del mundo ya están en casa. La expedición cajista aterrizó en Málaga este martes a mediodía, con caras de cansancio, pero con la sonrisa puesta, y el trofeo de la Copa Intercontinental como protagonista y reclamo principal de la jornada, que fue portado ... por el capitán, Alberto Díaz, en el momento en el que entrenador y jugadores aparecieron por la puerta de Llegadas del aeropuerto de la Costa del Sol.
Al otro lado de la valla esperaban una treintena de aficionados, ataviados con bufandas y camisetas del Unicaja, como no podía ser de otra forma. Un martes laborable, a una hora en la que no todo el que lo deseó pudo hacer acto de presencia para recibir a sus campeones. Entre ellos se citaron allí siete miembros de Los Mihitas, que se encargaron de animar la fiesta con las melodías habituales que hacen de banda sonora de los partidos del Unicaja en el Carpena. El himno del equipo verdimorado retumbó con fuerza en la T3 del aeropuerto de Málaga.
Algunos de los cajistas que allí se congregaron esperaron hasta dos horas para recibir con vítores a los jugadores. Tere Mancebo y Francisco Sánchez fueron dos de los aficionados que llegaron con tiempo a la terminal. Para ellos era una cita obligatoria. «Hemos vivido esta semana a tope. Estábamos en Granada, escuchando el partido en la radio con un pinganillo porque no los pudimos ver», contaron. Pese a que la Intercontinental sea un título menor para algunos, para esta pareja de aficionados no tiene menos peso que otras gestas: «Todo lo que gane el Unicaja tiene importancia. Para nosotros son unos ganadores. Lo son aunque no la hubieran ganado». Para sus jugadores sólo tienen buenas palabras. «Esa unión, esa amistad... Los ves entrenar y ves que disfrutan. Eso nos mueve un montón a los demás», expresaron.
Y ahora, en un horizonte cercano, la Supercopa Endesa, este fin de semana en el Palacio de los Deportes de Murcia. Una cita que no permitirá que el equipo celebre lo logrado por las calles de la ciudad, como es habitual después de tocar el cielo, ni llevar a cabo actos oficiales con las instituciones, por el poco tiempo que transcurrirá entre una cita y otra. El Unicaja se medirá al UCAM Murcia este sábado a las 21.30 horas en las semifinales del torneo y tendrá que hacer frente al 'jet lag' para ofrecer su mejor cara. En caso de vencer, jugará la final (el domingo a las 20.00 horas) frente al campeón del encuentro que medirá las fuerzas del Real Madrid y del Barcelona, en un choque que se disputará ese mismo sábado a las 18.30 horas.
El capitán del barco cajista, Alberto Díaz, se paró a compartir su experiencia en Singapur con los medios de comunicación que allí se dieron cita para dar cobertura a la llegada del equipo. «El calendario es así y no nos va a permitir saborear este trofeo. Lo sabíamos. Sabíamos que iba a ser corto e intenso y ahora toca prepararse mentalmente para el próximo partido. Vamos a ir a ganar ese trofeo que nos falta», introdujo. La experiencia, asegura, ha sido muy bonita. «Al otro lado del charco... Increíble. La organización ha sido muy buena y hemos jugado contra equipos con los que normalmente no nos enfrentamos. Hemos estado bien y hemos puesto a Málaga ahí arriba».
La Intercontinental es el tercer trofeo que el malagueño levanta como capitán del Unicaja: «Es un privilegio. El equipo es fantástico y compite al cien por cien». Y se acordó de los compañeros que formaron parte del título de la Champions que hizo de puerta y peaje hacia este último logro y que ya no están: «Esto es parte de Gus (Lima), de Will (Thomas) y de Cañete, que son parte de este equipo. Hay que darles el reconocimiento a ellos. Esta gente es maravillosa». Para Díaz, ser campeón del mundo con el equipo de su tierra es «algo increíble». «Es un título que recordaremos para siempre», agregó. En el avión, aseguró, descansaron acorde a las indicaciones del cuerpo técnico para que el 'jet lag' no haga demasiada mella en su rutina de aquí al fin de semana.
Para Barreiro, que también se paró a compartir visiones y vivencias, el primero de los cinco grandes objetivos de la temporada está cumplido. «La pretemporada era corta y teníamos que ponernos en forma pronto para poder ganar a buenos equipos en Singapur. Hemos hecho buenos partidos y hemos sido justos ganadores». Catalogó el viaje de vuelta de «duro», por las horas de vuelo y las seis horas de diferencia que tienen Málaga y Singapur, pero se mostró feliz de estar de vuelta en casa.
Aunque desde fuera pudiera parecer sencillo, el coruñés expresó que esa apariencia externa se dio gracias al buen nivel mostrado por el equipo. Y se mostró también contento con su rol y su momento. «Son muchas horas y muchos kilómetros, pero la ilusión puede más que el cansancio», apostilló cara a la Supercopa Endesa. Para terminar, se deshizo en elogios para el técnico, la cúpula directiva, el grupo humano de jugadores y la afición que ha hecho posible que el Unicaja haya tocado metal por tercera vez en algo menos de dos años.
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