No sé si a José Mari (Martín Urbano) le apasionaba más el baloncesto o la Semana Santa. Ahora que se ha ido caigo en que nunca se lo pregunté. Probablemente hoy emplearía la misma frase con todo el que se cruzara: «Quedan 164 días…» Era ... su saludo típico y aludía a las jornadas que faltaban para el Domingo de Ramos. Y no faltaba cuando nos visitaba en la redacción de SUR. Iba casi de mesa en mesa, primero en la sección de Deportes, luego con los 'cofrades', más tarde parada en Internet, después en Cierre y, cómo no, le exponía a Manolo Castillo cómo veía al Unicaja.
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Como todos los que hemos convivido con él en mayor o menor medida, los recuerdos se agolpan. Sentados juntos, nos emocionamos hace apenas un mes en la gala de los periodistas deportivos con las palabras de Sarah Almagro, pero cuando Carlitos Cabezas subió a recoger su premio lo miré y vi en él una sonrisa de orgullo e inmensa felicidad. Pero, ¿cómo olvidar aquella noche en Coín en la casa de Juan Jiménez Frías? Habíamos jugado un 'tres contra tres' en una canasta de baloncesto instalada en el patio Javier Imbroda, Álvaro Rodríguez, Paco Rengel (los tres, ya fallecidos), Juanma Rodríguez, Manolo Castillo y yo. Lo mejor vino después, mientras José Mari nos relataba anécdotas de Ignacio Pinedo, Ramón Guardiola y, por supuesto, Moncho Monsalve.
El susto de hace apenas dos semanas no le cohibió. Estuvo el sábado en la Magna de Vélez, este miércoles mismo almorzó con su grupo del 'Gastronómico de Paco Rengel' y después, cómo no, se fue al Martín Carpena. Bromeó con Manolo Ruiz, veterano técnico de Canal Sur, sobre la altura de este. «No me había fijado lo grande que eres. Como te veo siempre sentado en el estudio…» , fueron sus últimas palabras antes de confesar que se sentía indispuesto.
El inesperado adiós de José Mari deja un vacío tremendo en el baloncesto en este maldito 2022 en el que también hemos perdido a Alfonso Queipo de Llano y a Javier Imbroda en menos de nueve meses. Pero en lo que se refiere a nosotros, a SUR, nos deja el entrenador, el perfeccionismo en la redacción de su columna (hasta antes de la pandemia la imprimíamos para su última revisión en papel), el maestro en la tertulia semanal de nuestra web, el extraordinario conversador y, por encima de todo, el amigo. José Mari, quedan 164 días...
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